La miel y sus beneficios se entrelazan con el queso de cabra en Colmenar

A pesar de la corta edad que tiene esta actividad, la expectación que sienten los asistentes es muy elevada y esto se refleja en el número de plazas que quedan libres: ninguna. «Ni yo pensaba que esto iba a tener tanta aceptación, la verdad es que es muy emocionante», reconoce la directora de las Jornadas, María del Mar Trigo. La Casa de la Cultura de Colmenar tiene espacio para 80 sillas y el año pasado ya se llevaron la sorpresa porque en 48 horas no quedaba ni una disponible. Por suerte para unos y por desgracia para otros, este año ya está todo completo también.

El propio nombre del municipio, Colmenar, revela por qué la actividad se desarrolla en este lugar de la provincia malagueña. «Este pueblo siempre ha tenido una relación muy próxima con el tema de la miel y de la apicultura, siempre ha sido un producto que la gente del pueblo y de la zona ha producido, vendido y consumido porque tienen sus colmenas. Hace ya bastantes años el Ayuntamiento de Colmenar promovió con la Asociación de Apicultores tener el Museo de la Miel, que tiene actividades en colaboración con los colegios y demás para difundir la tradición apícola y el gran trabajo que hacen estos animales», explica Trigo.

Las abejas no solo se catalogan como esenciales en la elaboración de la miel, sino que tienen labor polinizadora. La profesora de la UMA detalla que sin las abejas los ecosistemas se vendrían abajo y la producción de muchos árboles frutales de huertas no tendrían éxito. «La abeja es uno de los principales insectos que se encarga de llevar el polen de la parte masculina de la flor a la femenina para que se produzca la fecundación de frutos y semillas, pero también se utilizan en los huertos para incrementar la producción, porque si no hay polinización no se forman frutos», añade la directora.

Dar a conocer todo esto es el principal objetivo de esta actividad de 'UMA en la provincia'. Todos los participantes tendrán la oportunidad de escuchar las conferencias tanto del biólogo dedicado al mundo de la apicultura desde hace 40 años, Antonio Gómez Pajuelo, como del representante del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) de la Junta de Andalucía, Francisco de Asís Ruiz. Además de la formación de la mano de estos ponentes podrán degustar una selección de varios tipos de miel y de quesos de cabra con sello Sabor a Málaga.

«No todas las mieles son iguales», insiste María del Mar Trigo. En su afán por destacar esta frase señala que cada uno de los 80 asistentes descubrirá qué es la miel monovarietal, es decir, que procede de una determinada planta como puede ser el romero, el tomillo, el azahar… «Tienen sabores y aromas diferentes, además de distintas texturas», apunta la directora. Todo el producto seleccionado pertenece a Colmenar y a pueblos de los alrededores del mismo.

El queso de cabra es otro de los grandes protagonistas este año. María del Mar Trigo cuenta que decidieron hacer un maridaje entre las mieles y los quesos de cabra de todo tipo: «Desde los que hacían los pastores de una forma rústica para consumo propio, hasta unos quesos de cabra muy elaborados que tienen unas características que lo catalogan como producto gourmet y que son muy apreciados por muchos restaurantes de todo el mundo». «Este año va a ser muy interesante y nos vamos a ir hasta comidos de allí», expresa María del Mar Trigo. La directora afirma que está muy contenta y entusiasmada con la actividad y asegura que ella también participará en la degustación.

María del Mar Trigo, además de profesora de la Universidad de Málaga en la Facultad de Ciencias y directora de las II Jornadas de la Miel de Málaga, enmarcada en el proyecto 'UMA en la provincia', esta científica lidera APICAMPUS, un proyecto interdisciplinar e integrativo sobre apicultura urbana, subvencionado por el Plan Propio del Vicerrectorado de Smart Campus de la Universidad de Málaga.

La docente señala algunas de las actuaciones del ser humano que perjudican a las abejas. «Lo primero y más importante es el uso del glifosato, que es un herbicida que se usa para eliminar a la mayoría de las plantas o malas hierbas, pero es que no existen las malas hierbas porque tienen una floración importante, sino que el hombre no quiere que estén allí. Las abejas mueren con esto y se utilizan ya hasta en los bordes de las carreteras», cuenta Trigo. Otro punto que afecta a este insecto es la creación de esos enormes campos de, por ejemplo, cereales y olivos porque, tal y como apunta la profesora, dificulta la alimentación del mismo; ya que no pueden encontrar el polen. «También se han introducido parásitos de fuera que crean plagas que afectan a las abejas y las mata, como la varroa», señala.

«Yo animo a la gente a no comprar tanta miel industrial de los supermercados, que es verdad que es más barata, pero por pagar un par de euros más, encuentras miel de apicultor que es mucho más buena. Es como cuando pruebas un aceite de oliva virgen extra de los buenos, ya no quieres otro», explica María del Mar Trigo. También hace hincapié en que es importante aprender a diferenciar los tipos de miel porque no todas son dulces.

La gente tiene que aprender a diferenciar que no todas las mieles son iguales, si no gusta el dulce hay algunas que tienen, incluso, un sabor amargo, como la miel de castaña o de aguacate.