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Víctor Rojas
Martes, 23 de mayo 2023, 10:21
La catedrática de Álgebra de la Universidad de Málaga Mercedes Siles ingresó el pasado 14 de abril como académica de número en la Academia Malagueña de las Ciencias. La matemática nació en Jaén en 1966 y estudió la carrera en la UMA, donde obtuvo el ... doctorado. Ha sido investigadora visitante y conferenciante en numerosas universidades internacionales y, entre otros cargos, destacan el de presidenta del Comité Español de Matemáticas y el de vicepresidenta de la Real Sociedad Matemática Española.
–¿Cómo recibió la noticia?
–Fue el año pasado. Los académicos se reunieron y hubo una serie de propuestas para elegir las plazas vacantes y se votó que yo entrara. Me llamó uno de los catedráticos y me dio la buena noticia. Me encantó porque es un mérito y un reconocimiento. A partir de ahí, tenía un año para hacer el discurso de ingreso.
–¿Cuál es su papel dentro de la academia?
–La academia tiene como objetivo fundamental hacer defensa de todo lo que son las ciencias, pero no solamente de las tradicionales. Se hacen estudios cuando se nos pide, hacemos informes, publicamos artículos, se dan conferencias. Esa es la misión que tenemos los académicos: hacer defensa de todo lo que es la ciencia, pero la ciencia entendida en un sentido amplio.
–¿Sobre qué habló en su discurso?
–Hablé de Picasso, de la relación de Picasso con las matemáticas. Me centré alrededor de 1905, que fue una época bastante interesante, cuando empieza a surgir el cubismo. El interés que tenía era descubrir la relación que había entre las matemáticas y el pintor y su grupo de amigos y cómo las matemáticas ayudaron o fueron potenciadoras de ese descubrimiento, de esa revolución que hizo Picasso en pintura.
–¿En qué investigación o en qué proyecto está trabajando ahora?
–Ahora mismo soy miembro de la Fundación Hermes, que la dirige Enrique Goñi y se dedica al estudio de los derechos digitales. Ahora estoy trabajando en esos temas porque es importante, hay muchos cambios debidos a la tecnología. Los avances tecnológicos no van en paralelo con los avances en derechos digitales y estamos trabajando en ello. Aparte estoy haciendo otros estudios relacionados con la igualdad. En fin, estoy haciendo cosas diversas.
–Entrar en la academia no es su primer reconocimiento. También es la primera mujer catedrática de álgebra. ¿Cómo se siente ante estos hechos?
–Ahora mismo soy la única catedrática de Matemáticas en la UMA. Ser catedrática está muy bien, pero me da pena que no haya otras mujeres que lleguen a catedráticas. Lo que me gustaría es que hubiera más mujeres que se dedicaran a la investigación y más mujeres que entraran a formar parte de las universidades y que se dedicaran a la investigación en Matemáticas.
–¿Por qué cree que no hay más mujeres catedráticas en el ámbito investigador?
–Matemáticas tiene unas notas de corte bastante altas. Desde que esto ha pasado, el número de mujeres que ingresa para estudiar Matemáticas ha disminuido. No porque no tengan buenas, sino porque se hacen las carreras muy competitivas y, mi impresión, es que las chicas no quieren ese tipo de estudios. Habría que explicar mejor que estudiando matemáticas se pueden hacer muchas cosas y hay ciertos ámbitos que no son tan competitivos como podrían parecer.
–¿Faltan referentes para las mujeres?
–No faltan referentes. Falta que cuando se hacen entrevistas se entrevisten a más mujeres. Hay mujeres muy potentes y hay que visibilizarlas. Los medios de comunicación tienen una tarea importante en ello.
–¿Se ha sentido discriminada en ese sentido?
–Al principio de mi carrera, sí. Hay cierto sesgo aunque no siempre sea a propósito. Por ejemplo, cuando se organiza un congreso, a la mente lo primero que vienen son nombres de hombres y hay que pararse a pensar en mujeres.
–¿Ha hablado sobre ello con sus alumnas?
–Sí, aunque hace tres años que no doy clases. Antes tenía un método de evaluación, para todos los alumnos, en los que les daba una serie de problemas para que vinieran a mi despacho y me contaran cómo lo habían hecho. La parte teórica también tenían que desarrollarla en mi despacho. Daba muy buenos resultados y las chicas sacaban muy buenas notas. Hablaba con ellas sobre esto, por ejemplo, les decía que se reconocieran lo que hacían con certificados y diplomas. También hablaba con todos sobre temas de igualdad y sobre otros asuntos.
–¿Echa de menos la docencia?
–Sí. Ahora voy a volver a ella, me gusta mucho porque los alumnos son excelentes. Son personas que están muy motivadas. Por ejemplo, colaboramos con una asociación de gitanas que forma a estas mujeres para que retomen los estudios. Nos dijeron que no tenían profesorado de Matemáticas y se lo comenté a mis alumnos, un grupo les dio clases voluntariamente en la Facultad de Ciencias. Tengo unos estudiantes excelentes.
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