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EVA SÁNCHEZ NAVARRO
Martes, 16 de marzo 2021, 00:06
En marzo de 2020 el Covid-19 sorprendió a la sociedad. Hace un año, nadie se esperaba la magnitud de la situación, ni siquiera epidemiólogos y virólogos. Este era un virus del que había un gran desconocimiento, cosa que provocó miedo en la población y un enorme caos. Gracias a científicos e investigadores, poco a poco, cada vez se tiene más información, pero aún así, un año después, aún quedan rastros de la incertidumbre que este virus está causando. Esta situación motivó a expertos de la ETSI de Informática a buscar una forma de conseguir información rápida y útil acerca de posibles enfermedades que puedan aparecer en el futuro.
El grupo de investigación en Inteligencia Computacional y Análisis de Imágenes (ICAI), concretamente, el Laboratorio de Inteligencia Artificial Aplicado, ha creado una herramienta para predecir patrones de comportamiento de nuevos virus. Con este fin, han aplicado los sistemas inteligentes para hacer análisis complejos de información referente a la pandemia y a controlar la misma.
La idea surgió a partir de las medidas que se impusieron por parte de las autoridades, como el confinamiento total y la restricción de movilidad. «Ahora estamos en un momento en el que vamos teniendo un poco de información, ya se saben cosas del virus. Se sabe que se transmite vía aérea, cosa de la que no se tenía conocimiento el 15 de marzo. Entonces se tomaron medidas, pero no se sabía si iban a funcionar o no», argumentó el doctor ingeniero en Informática y líder del Laboratorio, Francisco López Valverde.
«Esta línea de investigación lo que hace es recoger información que es relevante y aplicar inteligencia artificial para encontrar algún tipo de patrón o información útil que pueda ser sospechosa para que los epidemiólogos lo revisen y comprueben si realmente tiene una relevancia», explicó López Valverde.
Esta herramienta, que está destinada a ponerse a disposición de los epidemiólogos, usa la inteligencia artificial y busca la información y los comportamientos sospechosos en bases de datos empíricos con el fin de poder anticiparse al virus. Su importancia radica en el gran ahorro de tiempo, que es vital para implantar unas medidas de seguridad y frenar la situación y, además, que estas sean apropiadas, ya que es posible que sea necesario esperar más de un mes para obtener evidencias científicas.
«Evidentemente, cuando se cuentan con evidencias científicas los indicios ya no sirven. Pero en esta situación de urgencias hay que tomar medidas y las autoridades están muy presionadas. Y, los epidemiólogos, realmente, no tenían información para decir con seguridad qué medidas iban a ser efectivas. Entonces, para evitar el caos que hubo y que no se vuelva a producir en el futuro cuando aparezca un nuevo virus, que, probablemente, aparecerá. Y para que estemos más preparados y que tengamos un poco más información de emergencia», indicó López Valverde.
Esta herramienta aporta grandes beneficios a la situación sanitaria, ya que estos patrones pueden frenar futuras epidemias. Pero no solo aporta en este ámbito, el desconocimiento hace que se tomen medidas drásticas como el confinamiento total que puede traer graves consecuencias. El cierre de negocios y la paralización de cualquier actividad turística, artística o financiera ha provocado una situación económica muy frágil, cosa que, quizás, podría evitarse en futuras ocasiones, si en ese caso el virus lo permite y se tiene información de forma más rápida.
Este proyecto, que busca mejorar la situación en las posibles futuras crisis sanitarias, ha seguido una metodología conocida como 'front office' y 'back office', es decir, que cuenta con una parte que no es visible para el público y otra que sí lo es.
«La parte que no se ve, el 'back office' es la inteligencia artificial, que es, realmente, la parte donde nosotros aplicamos nuestra investigación. Analizamos datos de movilidad de Renfe y de AENA. Y, de hecho, el tema de los aeropuertos despertó bastante curiosidad, había aeropuertos internacionales en provincias donde la tasa de contagio no había sido tan grande. Eso quiere decir que la presencia de aeropuertos no era un indicativo de que hubiera contagios, o no tantos como en otras zonas. Entonces vimos que analizar la movilidad es muy importante, cerrar aeropuertos es una medida muy drástica que puede evitarse. Además, analizamos más datos del INE sobre distribución geográfica y más cuestiones que pueden ser útiles a la hora de encontrar un factor de riesgo que influya en el comportamiento del virus», explicó el ingeniero.
Es muy difícil o casi imposible realizar la recopilación y análisis de esta información de forma manual. Es por ello que los ingenieros han puesto a la disposición de los epidemiólogos la inteligencia artificial con el objetivo de no solo hacerlo posible, sino conseguirlo en un tiempo mucho menor para que estos profesionales puedan desarrollar su labor de una forma mucho más sencilla. Así, con la certeza de los patrones y los datos empíricos los expertos en epidemias pueden llegar a conclusiones y aportar información para poder tomar decisiones y medidas de urgencia.
El 'front office' está realizado con la herramienta ArcGIS. Un software de representación cartográfica SIG completo, basado en la nube que conecta a personas, ubicaciones y datos mediante mapas interactivos. «Utilizamos esta herramienta para que la visualización de toda la información que vaya generando el sistema sea más asequible al epidemiólogo. La finalidad que tiene es que todo se vaya posicionando sobre el mapa con una visualización más potente que permita que la labor del epidemiólogo sea más agradable e intuitiva a la hora de visualizar los datos», continuó Francisco López Valverde.
Esta herramienta aún no está disponible, ya que antes de poder ponerse en marcha por los epidemiólogos es necesario que pase una serie de pruebas que podrían alargarse a uno o dos años. «Hemos sacado una primera versión que estamos probando nosotros mismos. El siguiente paso será que los epidemiólogos también lo prueben, una vez que desde el punto de vista de la ingeniería de software esté depurada queremos dárselo en una versión beta para que ellos también puedan aportar a esta herramienta y perfeccionarla», finalizó el investigador.
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