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Isabel Cisneros
Martes, 20 de febrero 2024, 10:17
El docente del departamento de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga Francisco Guerrero ha sido galardonado con el Premio Mundial a la Excelencia Académica 'Águila de Oro' por su dedicación al mundo de la cultura, el arte y el emprendimiento. Guerrero afirma que este reconocimiento se lo han concedido «por su trabajo de alfabetización sobre el autismo», ya que es el director de la cátedra Trastornos del Espectro Autista de la Universidad de Málaga.
«Sinceramente, no me esperaba ningún premio y cuando recibí la noticia ni siquiera sabía de qué se trataba, pero estoy muy contento porque no es solo para mí, sino que estaré con 26 personas más de toda España de muchos ámbitos diferentes», cuenta Francisco Guerrero. Esta distinción la otorga la Unión Hispanoamericana de Escritores, junto a Mil Mentes por México Internacional. Asimismo, cuenta con el apoyo de la Academia Mundial de Literatura, Historia, Arte y Cultura. Reconoce la labor de diferentes profesionales relacionados con el mundo de la difusión del Arte, de la Cultura y del mundo del Emprendimiento de los cinco continentes. Con una trayectoria de más de 30 años, en él participan 140 países de los cinco continentes.
Los Premios 'Águila de Oro 2023' entregarán más de una treintena de distinciones repartidas en las siguientes modalidades: 'Excelencia artística', 'Cultural', 'Periodística', 'Literaria', 'Radial y Televisión', 'en Defensa de los Derechos Humanos', 'en Defensa del Planeta', 'a la Innovación Tecnológica', 'a la Excelencia Empresarial' y 'Excelencia Universitaria' son otras de las modalidades.
Francisco Guerrero, que también es el director de la cátedra de Trastornos del Espectro Autista impulsada por la UMA y el Ayuntamiento de Vélez-Málaga, recibe el galardón en la modalidad Académica, un reconocimiento que también han otorgado al delegado del Gobierno de Aragón, Fernando Beltran Blazquez; al escritor Manuel Gahete; al presidente de la Real Academia de Córdoba, José Cosano, y a José Manuel Escobar, investigador medievalista y catedrático de Geografía e Historia.
En enero del año anterior, la Universidad de Málaga dio un paso hacia delante en el estudio de la diversidad y creó una cátedra para enseñar de qué se trata el Espectro Autista. «Pretendemos optimizar la docencia y mejorar los procesos de aprendizaje y la vida activa de estas personas», explica Francisco Guerrero. Procurar la inclusión educativa, la investigación interdisciplinar y la formación de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) es el objetivo de la Cátedra del mismo nombre que se creó en la UMA tras la firma de un convenio entre la institución académica y el Ayuntamiento de Vélez-Málaga.
Esta cátedra está organizada con actividades docentes, congresos, seminarios e iniciativas investigadoras en el campo de los trastornos del espectro autista, en colaboración con otras áreas de conocimiento universitarias que tengan vinculación con la materia, todo ello para posibilitar la educación, la investigación, la formación y el desarrollo de la inclusión educativa y social de las personas con TEA.
«Llevo 37 años en la Facultad de Educación impartiendo clase y siempre he hablado del autismo como algo importante para el conocimiento de los futuros docentes, ya que soy de los que estudió Educación Especial. En ese momento había un caso de TEA cada 1.000 personas, ahora es uno de cada 80. La actual vicerrectora de Cultura y decana de la Facultad de Educación, Rosario Gutiérrez, me llamó un día y me dijo que era necesario crear una cátedra sobre esto y así empezó todo», recuerda Guerrero. Después de un curso, y medio del segundo, con esta cátedra el director de la misma afirma que la intención es seguir adelante con el proyecto porque cada vez hay más demanda social sobre el Trastorno del Espectro Autista.
Francisco Guerrero detalla que en el TEA «hay varios niveles, pero no quiere decir que la persona que se encuentra en el nivel uno no tenga dificultades». «Creo que en la última década se ha visibilizado mucho gracias a que en los centros educativos el impacto en infraestructura y en profesorado es muy grande. Entonces, yo pienso que la persona con autismo se siente mucho más acompañada que antes, ya que hasta en las series se incluyen este tipo de personajes», añade Guerrero. Aún así, el docente lamenta que «todavía hay mucho camino que recorrer, en la visibilización y la comprensión, y sobre todo, en la inclusión laboral porque la inclusión educativa sí ha mejorado bastante».
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