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Víctor Rojas
Martes, 16 de mayo 2023, 10:22
Dentro de las distintas especies de fauna, existe una diversidad bastante amplia, tanto es así que se siguen descubriendo nuevas. Por ejemplo, es el caso de los cangrejos ermitaños, de los que se han descubierto cinco tipos nuevos recientemente. Este hallazgo se ha producido en el marco de la tesis doctoral de Bruno Almón, del Centro Oceanográfico de Vigo, bajo la dirección de José Antonio Cuesta, del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía y del catedrático de Zoología de la Universidad de Málaga José Enrique García. Un trabajo en el que se profundiza en el estudio taxonómico de los cangrejos ermitaños de la península ibérica y zonas cercanas.
De las nuevas cinco especies, cuatro se han hallado en la zona del Mediterráneo y otra, en Mauritania. Además, una de ellas se «ha resucitado» porque fue considerada como especie no válida. «Cuando las variaciones no eran muy grandes, se asumía que era la variabilidad de normal de la especie», cuenta García. Un método que ha cambiado, ahora se estudia de una forma integrativa para ver la morfología del adulto y los desarrollos larvarios para saber si la variación es normal o es una especie distinta pero con un cierto parecido. «A partir de aquí se hace un estudio morfológico mucho más profundo para buscar algo que sea constante en todos los ejemplares», asegura.
Uno de los descubrimientos es un cangrejo ermitaño que habita en el fondo de arena de la playa de la Misericordia, una especie que se consideraba única aunque con mucha variabilidad morfológica debido a la zona geográfica. «Pues hemos descubierto que no es así. Hemos tenido que reescribir para ajustar su morfología y eliminar toda la variación que no lo era», afirma el investigador. Además de esta especie y de la que «han resucitado», han descrito tres especies más. «Seguro que aparecen más, es una contribución al conocimiento de la biodiversidad».
En este sentido, también se ha descubierto una nueva herramienta que permite identificar especies de cangrejos ermitaños en base a patrones de color. «Es un elemento útil para poder identificar la fauna sin tener que cogerla, es una forma no destructiva», explica el catedrático. Asimismo, se ha podido comprobar que algunos de estos patrones presentan una gran estabilidad evolutiva, lo que los convierte en característicos y definitorios de las especies. Esto permite su utilización en la identificación de especies, incluso de aquellas que están muy estrechamente emparentadas.
«Había fotos y algunos datos, entonces se planteó hacer un estudio de todas las especies ibéricas a partir del muestreo reciente», cuenta el profesor, quien explica que el problema radica en que había mucho material, pero todo fijado en alcohol, un químico que quita el color. A partir de este nuevo muestreo, en el que sí se ve el color de las especies, comienza un «punto de partida» para completar esta información con nuevos datos de científicos y aficionados y ver el rango de variación. «Aunque los patrones son, más o menos, estables», aclara el catedrático.
Sin embargo, no hay estudios que integren todos los métodos de investigación. «Cuando hacemos el muestreo en campañas profundas, el material no se puede estudiar al momento, entonces hay que fijarlo en alcohol», subraya García. Un material que se acaba estudiando pasados varios años cuando ya ha perdido el color. Otros autores sí dan pinceladas de los colores cuando hacen el muestreo. «Esta vez hemos querido dedicarnos más a fondo en esto para poner la primera piedra de un proceso que tiene que completarse», puntualiza.
Hay varios factores que provocan cambios dañinos en la fauna marina. La defensa y el cuidado de los mares son factores claves para mantener la biodiversidad. «En los muestreos en fondos de más de 1.000 metros se encuentra basura», se lamenta el profesor, quien también alerta de los problemas en la costa: «Ha habido una sobrepesca con la técnica del arrastre, que machaca por donde pasa». A estos problemas también se suma el del cambio climático, que en este sentido, provoca que algunas especies de ermitaños aparezcan en nuevas zonas. «Los conocíamos en la zona de Mauritania y Senegal, luego empezamos a verlo por el Mediterráneo y el mar de Alborán, de la zona de Marbella llegaron hasta el Cabo de Gata», asegura. Tres problemas que alteran los grupos de fauna y que pueden provocar la extinción de alguna. «Hay que ser conscientes de que si queremos que nuestros nietos disfruten de la naturaleza como la conocemos tenemos que tener más cuidado, aunque es difícil tal y como están los intereses económicos», concluye.
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