Los universitarios, el decano de Derecho, autoridades y niños e integrantes de Aspanoma en la entrega del oso 'Corazón dorado' en la Facultad de Derecho. :: Eva s. melendo

'Corazones dorados' recoge sus frutos

Los alumnos del seminario 'Internet, redes sociales y Derecho procesal' culminan su proyecto social entregando un oso gigante a los niños con cáncer infantil de Aspanoma

CRISTINA PINTO

Martes, 28 de enero 2020, 00:12

Quien siembra, recoge. Y tras culminar el proyecto 'Corazones dorados', los alumnos, el profesor y la Asociación Aspanoma (Asociación de Padres y Madres de Niños y Niñas Oncológicos de Málaga), han recogido sus frutos.

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Todo comenzó cuando a finales de octubre, desde un seminario de la Facultad de Derecho ('Internet, redes sociales y derecho procesal'), el profesor Alberto Postigo propuso a sus alumnos sembrar en algún proyecto social de la ciudad. «Las iniciativas que presentamos fueron muy buenas, sabía que daría buenos resultados. Sobre todo, porque le pusimos muchas ganas, que es lo importante», cuenta Yaiza Jiménez, una de las alumnas del seminario.

Los universitarios, junto a su profesor, se pusieron manos a la obra y, bajo el nombre 'Corazones dorados', lanzaron a las redes sociales la campaña para ayudar a Aspanoma.¿Cómo le ayudarían? Pues el objetivo que se planteó fue viralizar la campaña para conseguir vender camisetas (diseñadas con un oso dibujado por los niños de la asociación) y que todos los beneficios fuesen dirigidos para Aspanoma. «Que los alumnos se vean involucrados en un proyecto real es clave. Siempre están estudiando leyes y códigos y también es importante que vivan un caso que se puede producir en el día a día», defiende Postigo.

Desde octubre hasta ahora, estos alumnos de Derecho de la UMA han estado trabajando para conseguir el reto. En primer lugar, lanzaron el 6 de diciembre un vídeo para dar a conocer el proyecto. Tras esto, cada uno de ellos ha utilizado las redes sociales que se crearon de 'Corazones dorados' y las suyas propias para tratar de vender camisetas y dar a conocer a Aspanoma. Para esto se apoyaron en el hashtag #Corazonesdorados. La visita de los alumnos a la asociación y la charla que fue a darles a la universidad una de las chicas de Aspanoma, Patricia Fernández, fueron claves en el desarrollo del proyecto.

«Los alumnos han trabajado en una iniciativa social empezando desde cero. Han sido conscientes de las dificultades que pueden plantearse durante el proceso y cómo tienen que afrontarlas para que el proyecto continúe sin problema», explica el profesor.

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Después de sembrar

Cuando finalizara el proyecto, los alumnos entregarían un oso gigante -llamado Corazón dorado- a los niños de la asociación. Este nombre, al igual que el proyecto, no es ninguna casualidad. El color dorado es el que simboliza el cáncer infantil, por eso el oso lleva un lazo en la cabeza, como guiño a los chicos de Aspanoma.

Llegó el momento de recoger todo lo que habían sembrado en estos meses. Gracias a este seminario, los alumnos han conseguido vender más de 500 camisetas. Aunque el reto estaba en 2.000, el orgullo y el aprendizaje ha sido el mismo. «Lo importante es que ellos se han volcado completamente para ayudarnos. No nos importa que se consiga o no el reto, lo que de verdad importa es que no se nos olvide, que ayuden a los niños», comenta la vicepresidenta de Aspanoma, Marisa Jiménez.

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Los frutos de 'Corazones dorados' han sido recogidos por tres partes. Y esto se pudo ver en el Aula 16 de la Facultad el pasado miércoles. Ilusión, superación y mucho trabajo. La ilusión, aunque era palpable en todos los rostros, era la protagonista en los cuatro niños de Aspanoma: Guillermo, Patricia, Verónica y Óscar. Las palabras de Patricia, de 16 años, lo decían todo: «Esto es muy bonito. Es importante que sepan sobre nosotros. Por ejemplo, mis amigos de verdad no son los del instituto, sino que son los niños de la asociación». Gracias a 'Corazones dorados', los niños de Aspanoma han sentido que tienen un apoyo, que no son invisibles en la sociedad.

La superación viene de la mano del profesor del seminario, Alberto Postigo, que cada año hace que los alumnos se involucren en un proyecto y que consigan superarse tanto a ellos mismos como a la iniciativa que propongan. «'Corazones dorados' ha tenido una repercusión muy grande. Además de los alumnos, mucha gente se ha volcado con esta idea. Esto es emocionante», asegura el profesor. El trabajo, el gran trabajo. Los 50 alumnos de Derecho han aprendido tanto en lo profesional como en lo personal. «Hemos adquirido conciencia. Nos hemos dado cuenta de una realidad que antes no teníamos presente», cuenta Yaiza Jiménez.

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Más que un seminario

Tal ha sido la repercusión que ha tenido en los alumnos, que algunos incluso se han prestado a ser voluntarios de Aspanoma. «Desde que dimos la charla, los estudiantes han creado un grupo de voluntarios. Con eso están ofreciéndose a hacer todo lo que necesitemos, a compartir juguetes, a acompañarnos en excursiones, a ayudar a los familiares... Es increíble», confiesa Marisa Jiménez.

Una de las alumnas que está en ese grupo de voluntarios es Yaiza Jiménez. «Sabíamos que tenían falta de recursos. Nos hemos acercado a ellos y hemos visto que al fin y al cabo son niños que, como cualquier otra persona, necesitan que estén con ellos», explica la universitaria. Por cosas como esta, el seminario 'Internet, redes sociales y Derecho procesal' podría llamarse ahora mismo 'Concienciación a los jóvenes sobre realidades'. Ya que se ha convertido en mucho más que un seminario, donde los alumnos han sentido en primera persona lo que viven estos niños en su día a día. Un vínculo muy especial. Con el dinero que se ha recaudado, Aspanoma comprará una furgoneta de segunda mano. «La utilizaremos para Bancosol, para llevar y traer a familias que viven en los pueblos de alrededor y necesitan ir a los tratamientos», cuenta Marisa Jiménez.

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Pero esto no se acaba aquí. La página web (www.corazonesdorados.es) sigue funcionando. «La asociación pasará a encargarse a partir de ahora la página y se seguirán vendiendo camisetas», cuenta Alberto Postigo. El profesor añade: «Es un orgullo haber llevado a cabo esto. A mis alumnos les ha llegado al corazón».

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