Secciones
Servicios
Destacamos
Cornelis sólo llevaba tres días en Torremolinos cuando lo mataron. La Costa del Sol era un destino habitual de vacaciones para el holandés y para su mujer, con la que tenía tres hijos. La familia residía de forma permanente en Benidorm (Alicante), pero el matrimonio ... se escapaba a Málaga cada vez que podía.
Como tantas otras noches, la pareja salió a tomar unas copas al Heineken Corner, un pub de La Carihuela frecuentado por un público mayoritariamente holandés que esa noche, la del 25 de mayo de 2022, estaba más concurrido de lo habitual porque se disputaba la final de la UEFA Conference League 2022 entre la Roma y el Feyenoord de Róterdam que acabaría ganando el conjunto italiano (1-0).
A Cornelius (50 años), cliente habitual del local en sus estancias en Torremolinos, todos los conocían como Cees. Su mujer, B., contó a la policía que estaban pasando «un buen rato con amigos» y que ni siquiera fue consciente de que su marido había discutido con otra persona. Ella había salido a fumar cuando ocurrió.
B. se dio cuenta de que algo había pasado cuando una chica joven se acercó a Cees y le dio las gracias «muy efusivamente». Ella le preguntó a su esposo a qué venía aquel agradecimiento y él le explicó que Melvyn le había dicho «algo obsceno» a la chica, «que sólo tiene 16 años».
Melvyn (57 años) también es holandés y hasta entonces era cliente habitual del Heineken Corner. Como Cees, solía pasar temporadas -algo más largas- de vacaciones en Torremolinos, aunque debía volver a Holanda para cuidar a su padre, que estaba enfermo.
M., que es el dueño del pub, se refirió a Melvyn como un tipo normal que, cuando bebía, molestaba a las clientas porque les dirigía comentarios obscenos. Melvyn tenía pareja -fue a quien comunicó su detención- y carecía hasta entonces de antecedentes penales.
M. también les contó había escuchado que Melvyn era aficionado a la caza, lo que podría explicar que tuviera un machete -la policía le imputó tenencia ilícita de armas-, aunque no tanto que lo llevara en el maletero de su coche. Ni que esa noche fuese a buscarlo tras discutir con Cees.
En el atestado del caso no figura qué comentarios hizo Melvyn a las chicas, pero sí lo que le dijo Cees. P. es una de las clientas que esa noche estaba dentro del Heineken Corner. También holandesa, acababa de llegar a Torremolinos de vacaciones y estaba tomando una copa junto a su marido cuando se inició la discusión.
Ni P. ni su esposo conocían a los implicados. Según dijo, era la primera vez que veían a ambos. P. describió así la situación: «[...] uno de ellos le recriminaba al otro que le estuviera diciendo obscenidades a una chica de unos 15 o 16 años, si bien no llegaron en ningún momento a agredirse mutuamente, solamente se decían palabras malsonantes».
La discusión comenzó a las 23.52 horas y se prolongó, a tenor de la grabación de las cámaras de seguridad del local, durante unos 20 segundos. Ambos se encararon. P. relató que el varón «más corpulento y con un tatuaje» (descripción que encaja con la de Cees) le dijo al otro: «Eres un hombre sucio, podría ser tu hija». En ese momento, según su declaración, intervino el propietario del bar para separarlos. M. les pidió que pagaran sus consumiciones y que se marcharan.
La mujer aseguró que, entonces, el más bajito (todos los testigos coinciden en que era Melvyn) se marchó del local a la vez que decía: «Don't worry, coming good, coming good». La traducción, más o menos literal, sería 'no te preocupes', 'va bien' o 'está bien'.
Melvyn abandonó el pub a las 23.56 horas del 25 de mayo. En la puerta se cruzó con la mujer de Cees, que había salido a fumar con un amigo, y les dijo: «Me voy a casa». Ambos lo vieron alejarse, pero no llegaban a estar seguros de que realmente tomara esa dirección.
Una cámara de seguridad captó a Melvyn a las 00.10 horas ya del día 26 manipulando un juego de llaves a la entrada de un 'parking' de La Carihuela donde había dejado aparcado su coche aquel día. La misma cámara lo grabó salir a pie seis minutos después en dirección a la calle Ciudad de Porcuna, donde sucedieron los hechos.
La Policía Nacional pudo reconstruir el crimen a través de la videovigilancia de los locales de la zona. Otra cámara captó a las 00.41 horas a Melvyn pasando por delante del Heineken Corner mientras observaba el establecimiento. En la imagen se apreciaba cómo proseguía su camino hasta desaparecer del plano. Según los investigadores, «parecía manipular un objeto entre sus manos».
A las 00.45, Cees salió del pub para fumar un cigarro en la puerta. La cámara captó cómo Melvyn entraba en el plano un minuto después. «Al ver a la víctima en el exterior del bar -describe la policía en su informe-, se situó justo frente a él en actitud desafiante, incitándolo para que se acercara, con el cuchillo tipo machete en sus manos ocultándolo de la vista de Cornelius».
Ante las «provocaciones» de Melvyn, continúa la policía, la víctima se dirigió hacia él y comenzó una pelea entre ambos. El acusado cayó al suelo hasta en dos ocasiones como consecuencia de los golpes propinados por Cees, aunque no soltó el machete.
Tras tumbarlo por segunda vez, Cees se abalanzó sobre su oponente, que estaba en el suelo y que presuntamente lo apuñaló en varias ocasiones. Al darse cuenta de las heridas que había sufrido, la víctima corrió a refugiarse dentro del pub y Melvyn se dio a la fuga.
Cees entró en el Heineken Corner a las 00.48 horas taponándose la puñalada del abdomen con sus propias manos y dejando tras de sí un reguero de sangre. Los clientes lo sentaron en una silla y le colocaron una prenda de ropa para intentar detener la hemorragia. B se puso «extremadamente nerviosa» al ver a su marido malherido y le tocó la cara. La tenía helada. Ella aseguró a los agentes que, antes de morir allí mismo, delató a su agresor. Identificó a Melvyn.
La policía destacó la actuación del dueño del pub Heineken. M. salió a la puerta y escuchó que alguien decía que había visto a un hombre huyendo por la calle Miami en sentido Benalmádena. No dudó en salir corriendo tras él y logró darle alcance a la altura de unas escaleras. Al verlo con la ropa ensangrentada, siempre según el atestado del caso, le dijo: «Melvyn, qué has hecho». Según declaró M., el acusado le respondió: «El me atacó».
Mientras impedía que escapara, una unidad de la Policía Nacional llegó a la zona a gran velocidad y M. paró a los agentes y les dijo: «¡Eh, está aquí el que lo hizo!». Los funcionarios se bajaron del patrulla y arrestaron a Melvyn, quien al parecer manifestó de forma espontánea: «Fui al coche a coger el cuchillo ya que tenía mucho miedo de que el otro me pegara ya que es mucho más grande que yo, es dos veces yo, y el cuchillo siempre lo llevo en el coche (sic)».
Aunque la policía le leyó los derechos a Melvyn por asesinato y tenencia ilícita de armas, la Fiscalía lo acusa de un delito de homicidio y pide para él una pena de 13 años de cárcel, así como una indemnización de 100.000 euros para la mujer y los tres hijos de Cees (en total, 400.000). Melvyn será juzgado a partir de hoy por un jurado popular en la Ciudad de la Justicia de Málaga.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.