Demba Diop junto a su familia y la presidenta de la Asociación de Empresarios de Benalmádena. SUR

El viaje del senegalés Demba Diop, de mantero a joven talento de la moda

El jurado del certamen Benalmádena Dmoda le dio el primer premio tras presentar una colección «impecable». Él, que, ahora se gana la vida en la hostelería, sueña con poder dedicarse de nuevo a su profesión

Lorena Cádiz

Benalmádena

Miércoles, 10 de enero 2024, 00:01

Ya va para doce años que Demba Diop está en España. Desde que llegó procedente de su país, Senegal, ha estado instalado en Benalmádena. Su historia difiere de la de muchos de sus compatriotas en el hecho de que él no tuvo que jugarse la vida en el mar. Entró en el país con un visado de turismo y la maleta cargada de proyectos y aspiraciones.

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Demba es modisto y cuando llegó a España en 2012, venía de regentar durante una década un local en Dakar, donde ejercía su profesión y donde además formaba a jóvenes costureros de su país. Tenía mucho interés en conocer otras culturas y en que eso le sirviera para desarrollar su profesión. Cuando llegó a Benalmádena se enamoró del lugar: «Una zona de Costa, como Senegal», cuenta ahora apoyado por su compañero y amigo Djidril Balde, que en ocasiones, cuando el español de Demba no da más de sí, le ayuda también con la traducción.

El choque con la cruda realidad se lo llevó al poco tiempo de estar en España cuando comprobó que las puertas de los talleres de costura no se abrían para él y empezó a resultarle imposible ganarse la vida con su profesión, que como él mismo reconoce, es su pasión. No le quedó otra que empezar en la venta ambulante, y ahí su historia ya sí se parece a la de otros muchos senegaleses. «Yo no quería vender en la calle, quería ganarme la vida con mi profesión», relata ahora.

Su futuro cambió radicalmente cuando se topó con una señora llamada María, con un taller de costura, que buscaba a alguien que le echara una mano para unos trabajos que tenía que hacer a una cofradía. Alguien le habló de Demba y lo llamó para hacerle unas pruebas. «El primer día me dijo que cortara un patrón. Cuando lo hice se quedó contenta y yo también. El segundo día me dijo que cosiera a máquina, lo hice y ambos quedamos contentos», cuenta.

La señora María lo 'fichó' para su taller y comenzó a trabajar codo con codo con ella, no solo para la cofradía, sino con todo tipo de costura. Esa estabilidad laboral le permitió regularizar sus papeles y traer a su familia de Senegal. «Estuve seis años trabajando con ella y me cambió la vida», recuerda con cariño Demba. Pero al llegar la pandemia, la señora se jubiló y aunque le ofreció a él la posibilidad de quedarse con el local, «yo no podía pagarlo», explica el senegalés.

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Antes de jubilarse, la señora le regaló su maquinaria y él se la llevó a su casa, donde desde entonces cose por encargo, sobre todo para sus compatriotas, pero eso no le da para vivir y mantener a su familia. Demba trabaja desde que salió del taller en la cocina de un negocio de hostelería.

Cuando el pasado verano, la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Benalmádena (ACEB) lanzó una iniciativa para recoger los curriculum de todos los senegaleses que trabajan en el municipio en la venta ambulante, en un intento de tratar de conectarlos con empresarios necesitados de mano de obra y atajar así el problema del 'top manta', Demba presentó su curriculum como modisto y sastre.

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A la presidenta de la asociación, Rosa González, le llamó la atención su curriculum por ser una profesión que hoy por hoy no abunda. Por eso cuando hace un tiempo se pusieron a colaborar con el Ayuntamiento en la organización de la pasarela Benalmádena Dmoda, que en 2023 celebró su primera edición en Puerto Marina, pero que nace con vocación de continuidad y de hacerse un hueco en el mundo de la moda, Rosa se acordó de él y lo contactó para ver si le interesaba participar en el concurso de jóvenes talentos.

En quince días

Demba, que hoy por hoy tiene 44 años y dos hijos, uno de ellos estudiando en la Universidad y otro de tres, pensó que lo estaban invitando a un concurso de costura que emiten por televisión. «Pero si no hablo bien español», le dijo a Rosa, lamentándose. Ella le explicó que nada que ver, que lo que tenía que hacer era preparar una colección con sus creacciones para, en quince días, exhibirla sobre la pasarela.

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Diseños de la colección presentada por el senegalés al certamen de jóvenes talentos de Benalmádena Dmoda. SUR

Apoyado por su compañero Djidril y por su familia, puso la máquina de coser que le había regalado la señora María, a trabajar a pleno rendimiento y tras «quince días de locos», consiguió presentar una colección que el jurado del certamen consideró «impecable» tanto en el diseño como en la ejecución de la costura.

«Pensé en presentar una colección con un toque occidental y africano y la verdad es que sorprendió a todo el mundo. La manera de coser, la tela, la manera de poner el pañuelo en las mujeres es diferente en Senegal y al jurado le gustó». Le gustó tanto que Demba Diop se alzó como ganador del concurso. Un resultado que le hizo muy feliz y que le ha hecho volver a ilusionarse con la posibilidad de seguir ganándose la vida con su profesión. Así que Demba, estos días, sueña con una oportunidad laboral que le permita seguir haciendo magia con sus manos y que él y su familia puedan vivir de ello.

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