Torremolinos reclama al Estado un plan de protección del litoral y un fondo de contingencia

Con este escenario, las soluciones deben de ser otras, entienden desde el Gobierno municipal, que apuesta por «implementar planes de acción que vayan más allá de la regeneración puntual y que contemplen escenarios diferentes»; dicho de otro modo, obras de ingeniería como escolleras, arrecifes artificiales o diques semisumergidos. Del mismo modo, se reclama un fondo de contingencia, a fin, dice el edil, «de que, a medio y largo plazo, se ponga fin a los continuos problemas de la regresión de la arena».

No tiene que mirar muy lejos en Torremolinos para encontrar ejemplos de cómo se ha intervenido ante hechos parecidos a los que describen en sus costas. El pasado mes de junio de 2023, el Ministerio para la Transición Ecológica y del Reto Demográfico, certificó el final de las obras de estabilización de las playas de Santa Ana y Malapesquera, en la vecina Benalmádena.

Básicamente, el proyecto ejecutado consistió en la ampliación del dique semisumergido que ya existía en 80 metros hacia el levante, lo que supuso una inversión de 1,1 millones de euros. Recientemente, la Subdelegación recordó que se trabaja para una intervención parecida en los Baños del Carmen, así como en Marbella, Torrox y Mijas, sin mencionar a Torremolinos. Hace ya más de un lustro que dos asociaciones del tejido empresarial de playas y chiringuitos presentaron al Ayuntamiento los resultados de un proyecto que encargaron con recursos propios, sobre la necesidad de proteger la costa. Este estudio apuntaba directamente a la urgencia de construir un espigón sumergido para proteger La Carihuela (medida que llegó a ser presupuestada entre los 1,5 y 2,5 millones de euros), al tratarse de la zona más expuesta, según este documento. La inminencia del comienzo de la temporada turística alta, acrecienta, año a año, esta preocupación.