Torremolinos busca 500.000 euros para arreglar la pasarela sobre las vías del tren en Los Álamos

Sin embargo, debido a su mal estado, la pasarela está impracticable. La «rehabilitación» de la estructura, que también podría implicar su derribo y posterior reconstrucción, requiere no menos de 500.000 euros, como apuntan fuentes del equipo de Gobierno.

No es una cuestión menor. De hecho, el desarreglo ha sido motivo de conversaciones, durante bastantes meses, entre el Ayuntamiento y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). El motivo es que, aunque la sociedad estatal construyó el puente para viandantes, su titularidad es municipal. El problema es que, hasta el pasado mes de octubre, la pertenencia no quedó clara y, como resultado, el estado de conservación de este elemento es pésimo.

El origen de este desconcierto hay que buscarlo a comienzos de siglo. Con una ministra de Fomento socialista y malagueña, Magdalena Álvarez, y un político del PP al frente del Ayuntamiento costasoleño, Pedro Fernández Montes, el Gobierno ejecutó obras de mejora de la línea de ferrocarril Málaga-Fuengirola, lo que incluyó el paso elevado. Tal y como aclaran fuentes de ADIF, como norma, estos elementos que suponen «continuación de la trama urbana» son recepcionadas por los distintos ayuntamientos, una vez que están operativos. Pero, en Torremolinos, no ocurrió así y no ha sido hasta este mandato cuando la marañana se ha desliado. La concejala de Regeneración Urbana, Marina Vázquez, lo resume en una frase: «Ningún equipo de Gobierno se había preocupado antes».

Una vez aclarada la responsabilidad del mantenimiento, surge otra complicación, encontrar dinero para asumirlo. La Administración local torremolinense reconoce que, de forma inmediata, no dispone de la cuantiosa suma necesaria para la intervención, aunque no niega que es necesaria. De hecho, en otras pasarelas que acaba de reconocer como propias, ya trabaja con el objetivo de mejorar su estado; eso sí, son inversiones asumibles para las arcas municipales.

En cuanto al paso elevado de Los Álamos, hay varias opciones abiertas, incluida la de solicitar colaboración de ADIF, o explorar otras vía para hacer frente al gasto, como que la empresa estatal de infraestructuras ferroviarias adelante la inversión.

También hay que tener en cuenta que la ejecución de cualquier proyecto que afecte a la pasarela tiene consecuencias sobre la movilidad en toda la costa, puesto que es complicado trabajar sobre la línea férrea sin trastocar los servicios del Cercanías.

La estructura que salva las vías del tren, que, durante años ha carecido de utilidad, puesto que daba al antiguo hotel Los Álamos, que también ha estado abandonado, volverá a tener sentido una vez que Oceanika abra sus puertas. El nuevo complejo residencial, que está previsto que sea inaugurado el próximo verano, tiene 180 apartamentos y, además, habrá un supermercado en una parte de los terrenos. La transformación de esta zona de Torremolinos también afectará a la propia configuración urbana, al abrirse una parte de la parcela del alojamiento que antes estaba perdida.

La AMPA de colegio de la zona ya ha advertido del mal estado de este elemento, al igual que hizo más recientemente, en concreto, el pasado mes de abril, IU-Podemos. Esta fuerza, de hecho, apunta a la posibilidad real de que la existencia de esta pasarela, en franco abandono, pueda causar un accidente, dado el riesgo de que alguien suba y se precipite o por la propia caída de alguno de sus elementos, o de la pasarela entera, al trazado ferroviario.

Las dos entradas al paso elevado son, recurrentemente, valladas por operarios municipales, aunque también es cierto que estos cierres son burlados, con el peligro que conlleva.