Torremolinos instalará un sistema de videogilancia y lectura de matrículas en la zona centro

El Ayuntamiento de Torremolinos trabaja ya en la instalación de un sistema de cámaras que servirá para la lectura de las matrículas que circulen por el casco urbano y para vigilancia y control del tráfico. Es una medida que responde, según fuentes del equipo de Gobierno, a una «importante demanda ciudadana» y con la que se quiere mejorar la movilidad en el municipio, al tiempo que se dota a la Policía Local de una nueva herramienta para mejorar la prevención y la respuesta ante posibles emergencias. En una primera fase, que ya está en marcha, se invertirán 242.469 euros, con la subvención del Gobierno central, para la instalación los primeros 21 equipos. Eso sí, de forma inmediata, se ampliará el número de cámaras, hasta llegar a las 45 en total. Del mismo modo, se contempla una sala de control de toda la red que estará ubicada en el Palacio de Congresos, confirman desde el Ayuntamiento.

¿Hacia dónde apuntarán estos ojos electrónicos? La lista de calles es amplia, aunque el grueso está en el centro. Por citar algunos ejemplos, se vigilará en remoto en arterias como Palma de Mallorca, Carlota Alessandri, Joan Miró, Danza Invisible o Isabel Manoja. No obstante, en toda su extensión, la lectura de matrículas y videovigilancia va más allá del corazón de la ciudad e incluye calles que son nodos de comunicación hacia la autovía A-7 o la vecina Benalmádena, ya que, desde el centro coordinador también se podrá observar lo que ocurre en las rotondas de El Pinillo o Pez Espada, en Los Manantiales o en la Cañada de los Cardos.

Torremolinos sigue la estela de otros municipios de la costa, como Fuengirola, y apuesta por los sistemas de videovigilancia para movilidad. El municipio, además, ha sido pionero en desarrollar su Zona de Bajas Emisiones (ZBE), o lo que es lo mismo, 175.000 metros cuadrados de la zona centro de Torremolinos que desde el 1 de enero de 2024 tendrán restricciones de tráfico para reducir «en más de un 40%» las emisiones de gases de efecto invernadero. El municipio costasoleño se convierte así en una de las primeras ciudades de la provincia de Málaga que tiene diseñada su ZBE para cumplir con la Ley de Cambio Climático, entrará en vigor con el inicio de año, y que afecta a todos los municipios de más de 50.000 habitantes.