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Málaga
Viernes, 5 de julio 2019, 17:01
David tiene nueve años y es un niño como cualquier otro de su edad. Corre hacia delante y hacia atrás. Nunca se cansa. Le gustan los deportes. Disfruta, sobre todo, cuando se ata sus patines y se desliza por el asfalto. También practica hípica. Durante el curso escolar, es un alumno más en el colegio El Tomillar. Como el resto de los niños de su edad, sus vacaciones de verano las pasa recorriendo la distancia que separa su hogar de la piscina y al revés. El pasado 25 de junio, los mejores meses del año se iban a poner en marcha de una manera muy anhelada por él: con la participación en un campamento de verano organizado por el Patronato de Deportes de Torremolinos. David, se ha dicho, es un chaval como cualquier otro de su edad. Salvo que no se comunica. No se comunica porque es autista. Condición que le ha valido, de manera inesperada, para ser rechazado en el campamento de verano al que le habían inscrito sus padres en mayo.
Hace dos meses, no hubo problema alguno. El padre del pequeño, David Gil, lo recuerda: «Nosotros apuntamos a David el pasado tres de mayo. En el Patronato hicimos mención a que el niño es autista y que necesita un monitor».
Para los padres de David, se trataba de un mero formalismo. Ni era la primera ni tampoco la segunda vez en la que dejaban su hijo al cuidado de terceros, o que participa en una actividad de este estilo. A dos días de que comience el campamento, el Patronato de Deportes se pone en contacto con los padres del pequeño David: «Nos informan de que no puede participar, ya que no se dispone de personal cualificado para tratar a niños autistas».
Esta notificación, adelantada por el periódico ABC, encendió la indignación de los padres de David. Ambos perciben que se trata de un caso de clara discriminación hacia su hijo. Una sensación que se incrementa si se tiene en cuenta que el pequeño David ya participó en el mismo campamento hace tres años.
«David se acordaba perfectamente y estaba muy ilusionado. No habla pero no es tonto. Sabía que se iba de campamento y estaba muy ilusionado», lamenta ahora el padre. No es solo la actividad física. Piscina, patinaje y la visita a varios parques temáticos estaban marcados en grandes letras de molde. Para David, el campamento también hubiera supuesto estar en contacto con muchos otros niños. «Mi hijo necesita socializar con chavales de su edad», apuntilla el padre.
El Patronato de Deportes de Torremolinos alude como justificación a la falta de monitores y ya ha procedido a devolver el dinero depositado a través de un ingreso. Para el padre de David se trata de una excusa sin fundamento: «Tienen a muchos voluntarios que participan en el campamento. Lo sé de primera mano». El nuevo concejal de Deportes del Ayuntamiento de Torremolinos es José Manuel Piña. En conversación con este periódico, insiste en la falta de monitores: «La razón que se le dio era por falta de recursos para atender las necesidades del niño». No obstante, Piña asegura que ya han encontrado una solución y que se la quiere trasladar a los padres de David en una reunión personal. «Le hemos enviado un correo a los padres para cerrar un encuentro». En un principio, estaba previsto que el concejal se ayer con el padre. Una reunión que ha sido postergada para las próximas semanas.
Ana de Bedoya, la madre del pequeño, lamenta que no es la primera vez que David no puede participar en una actividad por su condición de autista. Según explica, se trata de situaciones con las que tienen que confrontar los niños autistas: «Ocurre mucho más de lo que uno pudiera pensar. Por norma, no solemos perder tiempo en grandes lamentos y nos ponemos a buscar otras soluciones. David es un niño muy sencillo, que no da problemas. Tiene dificultades para articular palabras, pero entiende lo que se le dice y responde a cualquier orden que se le da».
Esta vez, los padres de David no han querido mirar para otro lado y sí han puesto una denuncia por discriminación ante la Junta de Andalucía. «Básicamente, porque no queremos que esto vuelva a sucederle a otro niño y que se tomen las medidas para que no se repita. No es por otra cosa», sintetiza el padre del pequeño David. La madre insiste en la misma línea: «Nos gustaría que David pudiera participar, finalmente, en el campamento más adelante. No se trata de forzar una situación. Si supiéramos que hay un problema real, no insistiríamos. Pero él disfruta y le viene muy bien. Los niños autistas no suelen tener muchos amigos. David no tiene primos y necesita socializar».
De momento, el campamento de verano en Torremolinos ha sido sustituido por un viaje improvisado a Galicia. Madre e hijo partieron este viernes de Málaga a La Coruña en avión. Los planes de última hora suelen funcionar.
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