¿Qué pasa en los terrenos de Intu en Torremolinos?

De la finca ha desaparecido la maleza. Además, hay olivos de considerable porte, en maceta, apilados junto al vallado de esta propiedad, cerca de la hacienda Los Brocales. La parcela, actualmente de carácter rústico, confirman fuentes municipales, tiene, eso sí, muchas posibilidades, dada su extensión y ubicación privilegiada.

De hecho, allí se llegó a proyectar un centro de ocio de enormes proporciones, amparado por el Plan General de Ordenación Urbana torremolinense de 2020. Con la caída de esta norma, motivada por un defecto en su tramitación que el Supremo ratificó en 2024 (y sobre la que ya pesaban previamente medidas cautelares, que afectaban a los terrenos donde se planeaba la construcción del complejo comercial y de entretenimiento), la idea de este desarrollo está en el aire. En el contexto de los preparativos para la puesta en marcha de lo que fue anunciado como una inversión millonaria, fueron trasplantados ejemplares que, tradicionalmente, había allí.

«Ya no va nada de centro comercial. Se dice que, a lo mejor, hacen viviendas, pero que tampoco es seguro», comenta un hombre que camina por el lugar, de gran tránsito, tanto para los que quieren hacer algo de ejercicio, como por muchos conductores, pues es una conexión alternativa entre la A-7 y el casco urbano que evita arterías más saturadas, aunque sea a costa de circular por una calzada en mal estado. Pero, ¿a qué obedecen estos últimos trabajos en la finca?

Salvador Arenere, consejero de Intu, lo explica: «Son labores de limpieza que nos solicitan desde el Ayuntamiento».

El origen de esta petición a Intu está en el pasado 24 de julio del 2024, tal y como consta en el expediente de la Administración local abierto al respecto de las labores, que han despertado gran interés y comentarios. En esa jornada llega al área de Disciplina Urbanística, que dirige la concejala Marina Vázquez, una queja «sobre el estado de abandono de la parcela». Este aviso motiva una visita inspectora que, en un informe posterior, ya en agosto, determina que hay gran cantidad de matorral seco, lo que supone un riesgo de incendio.

A partir de ahí, echa a andar una orden de ejecución para el adecentamiento del terreno. Una instrucción que está apoyada, tanto en las nomas superiores, como en la ordenanza municipal 'Sobre conservación, rehabilitación y Estado Ruinoso de las Edificaciones', que establece: «Los propietarios conservarán los terrenos, solares, carteles, urbanizaciones y cualesquiera edificaciones, construcciones y/o instalaciones en los términos establecidos en la presente ordenanza, las normas urbanísticas del Plan General y legislación urbanística aplicable.»

No atender al requerimiento, como queda claro en el decreto del Ayuntamiento que fue remitido a la propiedad, puede implicar una multa grave, de entre 3.000 y 29.999 euros; o muy grave, si se considera que hay riesgo para las personas, con sanciones de entre 30.000 y 120.000 euros. Para comprobar que, tal y como se reclamaba, el paraje se ha librado de maleza, ha habido nuevas inspecciones de personal municipal.

Casualmente, la limpieza y desbroce de estos terrenos, de gran valor inmobiliario, llegan en un momento en el que, precisamente, Torremolinos avanza en la tramitación de su nuevo planeamiento urbanístico, cuya redacción, después de un año de trabajos preparatorios por parte de técnicos municipales, ha sido adjudicada, recientemente, a la unión de empresas formada por los estudios de José Seguí, Buró 4 e Ibermad.

El plazo para elaborar las herramientas urbanísticas que sustituyan al PGOU de 2020 tumbado por la Justicia es de 32 meses, mientras tanto, es el plan general de 1996 en el que marca el urbanismo de la ciudad. Con esta norma, los terrenos de Intu tienen la consideración de rústicos.