«Hoy es 2 de diciembre y el cambio también empieza hoy en Torremolinos». Con esta frase, en referencia al segundo aniversario del cambio político en Andalucía, Margarita del Cid ha roto el silencio en el que había envuelto las negociaciones de la moción de censura por la que será investida alcaldesa de Torremolinos ... . Del Cid acaba así con más de seis años de gobierno socialista y recupera uno de los tradicionales feudos populares en la Costa del Sol. Lo hace tras superar una guerra interna con episodios realmente crueles, como cuando el exalcalde Pedro Fernández Montes trató de boicotear su candidatura remitiendo información a Génova sobre su vida profesional y personal, y después de salir ilesa de la fragmentación de la derecha que otorgó el triunfo al PSOE por primera vez en más de treinta años en un municipio que hasta entonces siempre había funcionado como valioso granero de votos del PP.
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Ahora Del Cid, con nueve concejales frente a los ocho escaños obtenidos por el socialista José Ortiz, ve por fin la luz al fondo de un laberinto donde casi queda atrapada en varias ocasiones. Respaldada sin fisuras por Moreno Bonilla y Bendodo, comenzó a decantar la balanza en primavera, cuando retomó la relación con el exconcejal de Ciudadanos Nicolás de Miguel, el apoyo que le faltaba tras ganarse el respaldo de Avelina González, edil de Por Mi Pueblo. Pero el camino no ha sido fácil. Pero Fernández Montes, incapaz de conseguir que la dirección del PP atendiera sus peticiones, no estaba dispuesto a reconocer su fracaso. En las elecciones de 2019 figuraba como cierre de lista y presidente de la formación local Por Mi Pueblo, que difundió supuestas encuestas internas que pronosticaban un batacazo de Del Cid. La candidata popular resistió, uno tras otro, cada envite. Y ha servido la venganza en plato frío, dos años después, amarrando contra pronóstico una moción de censura que descorcha el capítulo de derrotas en el nuevo PSOE pilotado por Dani Pérez y deja en evidencia la progresiva falta de apoyos de Ortiz, precisamente uno de los principales quebraderos de cabeza de Pérez, a quien nunca respaldó.
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Es más que probable que Del Cid sea investida alcaldesa en unos días y recoja el bastón de mando que ostenta Ortiz desde 2015, después de cinco mayorías absolutas del PP. Por delante quedan retos importantes para el municipio, como la aprobación del presupuesto, la reducción de una deuda millonaria o los últimos trámites para dar luz verde al Plan General de Ordenación Urbana tras su anulación en los tribunales. Del Cid, concejala desde 1999, empeñada en eliminar cualquier tipo de vínculo con Fernández Montes, aunque el pasado no pueda extirparse, cuenta con una lista de concejales renovada casi al completo, una regeneración para la que tuvo que sacrificar a algunos nombres históricos del PP de Torremolinos, como su tío Ramón del Cid o Encarnación Navarro.
Del Cid gobernará con González (Por Mi Pueblo) y Ciudadanos, pero no con Vox ni con De Miguel, que sin embargo apoyarán su investidura. Será de este modo la primera mujer que accede al cargo de alcaldesa de Torremolinos y la cuarta persona desde la segregación de Málaga capital en 1988.
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