Torremolinos

Javier Ojeda, cantante: «El hedonismo y la libertad sexual hacen de Torremolinos un lugar especial»

Domingo, 25 de abril 2021, 22:17

Javier Ojeda es malagueño –nadie lo niega– pero su relación con Torremolinos le sobrepasa a sí mismo. En realidad, la cuestión emocional tiene que ver con su carrera y la importancia de ésta y de su banda, Danza Invisible, en la localidad costasoleña. Cuando se ... le pregunta qué es lo que más le gusta del municipio, no lo duda ni un instante: «El tema de las libertades sexuales. El hedonismo, la locura de sus habitantes, eso es lo que hace de Torremolinos un lugar especial». Es más, el cantante pone como ejemplo uno se puede encontrar una escena en la que una señora mayor le pregunta a un señor de su misma edad cómo está su marido, «algo que solo puede ocurrir aquí», matiza. «Han apostado por ser la capital LGTB, y eso es genial. Hay que recordar que esta fue la primera ciudad en toda España que tuvo un bar gay», añade.

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Si tiene que elegir un lugar de todo Torremolinos, Javier Ojeda se va a la zona del chiringuito Edén, donde está la roca de la Carihuela y el Paseo Marítimo. Allí es también donde realiza la recomendación culinaria, que como no podía ser de otra manera son los espetos de sardinas. «En todos los chiringuitos de la playa los ponen muy bien, me cuesta decidirme por alguno. En Torremolinos es donde mejor los preparan en todo el mundo».

Más allá de lo que cualquier persona podría vivir (y disfrutar) en esta localidad, el cantante tiene un vínculo especial y diferente al resto de personas. El viernes 4 de septiembre de 2015 fue para Ojeda «el momento más bello» de toda su vida como músico. Tras doce años de ausencia sin tocar en el municipio que vio nacer al grupo hace más de tres décadas, Danza Invisible regresó al escenario de la plaza de la Nogalera una vez extinguido el veto que le había impuesto el anterior equipo de gobierno.

Aquel día, los tres periódicos de la provincia coincidieron en darle la foto de portada a ese momento histórico. «Fue absolutamente maravilloso, jamás imaginamos que nos encontraríamos con un ambiente así», reconoce ahora el intérprete, cuyas palabras aquel día resuenan aún hoy: «Este pueblo es mío. Tanto como de todos vosotros. Me ha dolido mucho, pero no quiero mirar hacia atrás con ira porque los músicos somos músicos».

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