Las barcas para navegar por el lago del Parque de La Batería corren el riesgo de ajarse si siguen al sol; apenas se puede llamar ya charquito al lugar donde están atracadas las embarcaciones de recreo.
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Y es que el estanque de este pulmón de Torremolinos dejó, a primeros de año, de tener consideración de elemento de paisajismo y disfrute del ocio para convertirse en reserva estratégica de agua. Fue a mediados de enero cuando el Ayuntamiento, que dirige Margarita del Cid, anunció que, dada la situación de extrema sequía que sufre la ciudad costasoleña, al igual que gran parte de Andalucía, los 4,5 millones de litros de esta lago artificial iban a destinarse al riego de zonas verdes y árboles.
La medida incluyó la suspensión de los paseos en barca que, conforme aclaran fuentes municipales, ni se plantean por el momento; de hecho, en breve, apuntan, los botes serán almacenados, a la espera de mejores tiempos.
Lo ocurrido con las barcas es especialmente sintomático de las consecuencias de la falta de lluvia. Esta oferta recreativa había estado en barbecho más de tres años, tras quedar paralizada por la pandemia del coronavirus. Una vez que el Gobierno local decidió recuperarla, en octubre de 2023, las restricciones motivadas por la escasez hídrica, obligaron, en meses, a un nuevo frenazo.
El aprovechamiento del agua del estanque torremolinense ha ido por fases. En un primer momento, el sistema por el que se optó fue el llenado de las cubas del servicio de parques y jardines de la Administración local, con capacidad para unos 8.000 litros. La idea era regar en los puntos del casco urbano que más falta hiciera; tal y como explicó el Ayuntamiento en su momento, serían aportes de «emergencia de árboles u otras especies vegetales de especial interés». Si se dividía el agua alagada por las cisternas, daba como resultado más de seiscientas cargas.
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Apenas ocho meses después, el momento es distinto. El líquido que queda en La Batería únicamente moja la vegetación del parque, no da para mucho más. Solo hay que dar un paseo por allí para encontrar alguna de las gomas que captan directamente del estanque para regar a escasos metros. La «suerte», aclaran fuentes técnicas, es que hay un efecto de «retroalimentación», ya que, por la porosidad del terreno, parte de lo que cae a los parterres se filtra y aflora de nuevo al lago artificial. De hecho, para aprovechar al máximo esta circunstancia y sacar el máximo rendimiento a la reserva, el bombeo fue mejorado.
Dadas las circunstancias, en las que se antoja complicado volver a ver el lago en su esplendor, el equipo de Gobierno piensa en alternativas. Una de estas es hacer más pequeño el lago; es decir, en caso de que se pudiera, realizar un rellenado, pero con menos agua, y destinar otra parte del espacio que ocupa el vaso, unos 9.000 metros cuadrados, a otros usos «en seco». Así, se podría evitar la triste imagen que tiene hoy este elemento protagonista del 'Central Park' de Torremolinos, objeto de todas las miradas, en años más lluviosos, por sus fuentes, sus barcas y su coqueto templete.
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Torremolinos, desde noviembre de 2023, tiene activas medidas de ahorro de agua, en consonancia con el resto de ayuntamientos de la Mancomunidad de la Costa del Sol. Estas se han aliviado, en parte, hasta el próximo 30 de septiembre, lo que ha permitido el rellenado parcial de piscinas y otras acciones, como el baldeo, con máquinas de bajo consumo. En paralelo, Aguas y Saneamientos de Torremolinos, la sociedad encargada del abastecimiento en la ciudad, pidió permiso, en febrero, para realizar un nuevo sondeo que garantice el suministro.
La autorización depende de la Junta y todavía tiene que pasar la fase previa para ser concedida. Torremolinos bebe, actualmente, de manera mayoritaria gracias a las siete captaciones de las que dispone. De esta forma, se realizan extracciones de la masa de agua subterránea Sierra de Mijas. No obstante, con el fin de garantizar que no se corte el grifo a la población, se ha solicitado la ejecución de un nuevo sondeo. Este vendrá a sustituir a otro existente, y, de ser viable, tendrá la denominación de Pinillo 4. El objetivo, como aclararon desde Aguas de Torremolinos en su momento, es que se pueda contar con el caudal necesario en todo momento. Hay que tener en cuenta que, en el periodo estival, la ciudad de Torremolinos necesita una punta de abastecimiento de 35.000 metros cúbicos al día, por lo que es preciso disponer de una cantidad suficiente, que permita equilibrar cualquier déficit que pudiera generarse ante una avería en el resto de captaciones.
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