Alfonso Ortiz, Rubén Lozano, Jesús Relinque, Mariluz Gil y Alberto Serrano. J. R. C.

Un instituto de Torremolinos contra la «Leyenda Negra» de España

«Los Manantiales», con alumnado de 49 nacionalidades, reivindica la historia real de la etapa del Virreinato de Nueva España en Norteamérica con un proyecto que implica a 11 asignaturas

Sábado, 10 de febrero 2024, 00:49

Kamar es española, pero una prolongada estancia en Marruecos, de dónde es originaria su familia, le hace que el país en el que vive se le haga un tanto desconocido todavía. Ihor, que es de Ucrania, acaba de aterrizar, tras la invasión rusa de su ... tierra. No es problema para su educación en el instituto Los Manantiales, de Torremolinos, que, con 1.164 alumnos, tiene un 25% de estudiantes extranjeros. Hay 49 nacionalidades, explica la vicedirectora, Mariluz Gil, la número 2 de un equipo de 107 profesores.

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De hecho, a los docentes les viene estupendo para su «experimento», que implica a 11 asignaturas distintas, contar en las aulas con Kamar y con Ihor; tienen entre manos un proyecto que quiere contribuir a que se acabe con la famosa «Leyenda Negra» que acompaña al pasado colonial de España. «Ni siquiera sabía que los españoles habían estado en América», explica Kamar, a la que resulta muy llamativo que costumbres como la del Día de Acción de Gracias, «tan yankee», tenga origen español, como precisa Alfonso Ortiz, de Filosofía. Este apostilla que, de hecho, durante los 300 años de presencia en este territorio, desde 1513 a 182, hubo malagueños clave para su independencia, como Luis de Unzaga, gobernador de Louisiana, que puso nombre a esta nación, el de Estados Unidos, al escribirlo en una misiva que le envió a su primer presidente George Washington.

Pequeño resumen sobre el Virreinato de Nueva España, en ucraniano y en español. J. R. C.

Una de las claves para entender que no había «dominación» hacia los nativos, si no, un afán de unión y, en gran medida el proyecto gira sobre esta experiencia educativa, es el hecho de que un ciudadano de aquel Virreinato, el de Nueva España, en Idaho, por decir un sitio, tenía los mismos y derechos y deberes que otro nacido en Algarrobo. «El intercambio, las costumbres de ida y vuelta», es uno de los aspectos que fascina a Ihor, como comenta este estudiante, que tampoco tenía mucha idea del pasado de España. «Este proyecto permite hablar de cuestiones como que Puerto Rico, que tiene el estatus de asociado a EE UU, hay un partido que quiere que sea una provincia española y que esta población prefiere mantener el castellano al inglés, como lengua oficial», explica el maestro de Geografía e Historia, Rubén Lozano, que insiste que la «mala fama», que elude cuestiones como el intercambio real que hubo entre españoles e indígenas, que formaron muchas familias, es debida a la pérdida de peso internacional de España a partir del XIX. Esa debilidad anima a clichés de «crueles», extendidos, entre otros, por la todopoderosa Hollywood.

Alumnos observan los trabajos elaborados en el Aula Temporal de Adaptación Lingüistica, que apenas dominan todavía el castellano. J. R. C.

El profesor Jesús Relinque, responsable del Aula Temporal de Adaptación Lingüística, pieza clave para el funcionamiento de un instituto con tantas lenguas maternas distintas, es que, con acciones como este proyecto, se logra «la integración, no la asimilación». «Afrontamos la diversidad, con equidad y con coherencia, no aislando al alumnado, por lo que, en muchas ocasiones, los resultados educativos son relativos», sostiene este educador. «Aquí tenemos una manera de mejorar basada en los sistemas de innovación y gestión de calidad de las mejores empresas del mundo, igual que Microsoft, Repsol o Bayern, es ingeniería educativa. Por eso hemos planteado los proyectos interdisciplinares, nos alimentamos unos a otros: un mapa de Historia se puede evaluar en Matémicas, por ejemplo. Eso les motiva muchísimo, aunque también es un trabajazo que, eso sí, da grandes resultados», muestra Alberto Serrano, de Física y Química e Innovación Educativa.

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«Queremos que cada familia, cada alumno, se empape del método, con esfuerzo y voluntariado, merece la pena, para que nadie fracase», aclara. Y todo ello, recuerda la vicedirectora, con la misma ratio de 30 alumnos y alumnas. «Es una visión unitaria del saber y un trabajo que se basa en el compañerismo, en echar horas, mañana y tarde», dicen.

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