![«Fernández Montes nos pidió más de mil euros al mes en efectivo para el partido»](https://s1.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202010/09/media/cortadas/SF101NP1-kigE-U120416274051NAF-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
![«Fernández Montes nos pidió más de mil euros al mes en efectivo para el partido»](https://s1.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/202010/09/media/cortadas/SF101NP1-kigE-U120416274051NAF-1248x770@Diario%20Sur.jpg)
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Fue la candidata de Por Mi Pueblo en Torremolinos, partido donde aterrizó Pedro Fernández Montes tras su avinagrada salida del PP, pero Avelina González, cuyo voto en el pleno de investidura fue imprescindible para que el socialista José Ortiz mantuviera el bastón de mando en ... perjuicio de Margarita del Cid (PP), quiere volar sola. Ahora el exalcalde solicita su expulsión de la formación local y que pase al concurrido grupo no adscrito. Ella alega que los problemas comenzaron cuando se negó a aportar dinero en efectivo para cubrir los gastos del partido. Y, aunque ha perdido su condición de llave de gobierno, lanza un mensaje directo a Alcaldía: «No volvería a votar a Ortiz».
–¿Cuándo empezaron sus discrepancias con Fernández Montes?
–En verano, después del nombramiento de José Ortiz como alcalde. Fernández Montes cambió su actitud. Empezó a decirnos, tanto a mí como a los dos cargos de confianza que teníamos en el Ayuntamiento, que necesitaba aportación económica. Le pedimos un número de cuenta para efectuar los pagos. Nos respondió que no, que debíamos hacerlo en efectivo.
–¿Cuánto dinero les pidió?
–El diez por ciento de nuestra nómina.
–¿En total?
–Unos 700 euros al mes, más la mitad de la asignación que el Ayuntamiento concede a cada grupo municipal, que son 400 euros. En total, más de mil euros.
–¿En efectivo?
–Sí. No me esperaba que nos lo solicitara en efectivo. Nosotros queríamos hacerlo en concepto de donación, declarándolo, como hacen otros partidos, y con transferencias bancarias. Él nos dijo que tenía que ser en efectivo. Ahí empezaron las discrepancias.
–¿Y sin declarar?
–Evidentemente. Si lo pides en efectivo es porque no tienes interés en declararlo. Yo no estuve de acuerdo.
–¿Para qué le decía que necesitaba ese dinero?
–Para los gastos del partido. Nadie se negó a aportar el diez por ciento de su sueldo al partido. A lo que nos negamos fue a aportarlo en mano, y por supuesto a dar parte del dinero del grupo que concede el Ayuntamiento. Es que no es legal.
–¿Nunca hubo, antes de esta petición económica, problemas entre ambos?
–Hubo tiranteces. Para Fernández Montes todo es blanco o negro: o aceptas lo que dices o empiezan los problemas.
–¿Cuándo se conocieron?
–Hace doce o trece años, cuando entré en la ejecutiva del PP de Torremolinos, aunque nunca aparecí en las listas. Iba a los actos y ayudaba en la campaña, pero nada más. Cuando me afilié me llamó para conocerme. Lo veía una vez al mes en reuniones del partido.
–¿Cuándo empezaron a estrechar su relación?
–En 2015, cuando Pedro llamó a los miembros de la ejecutiva para comentarnos que tenía problemas.
–¿Con sus antiguos concejales?
–En aquel momento no lo especificó. Sólo nos dijo que tenía problemas y que necesitaba nuestro apoyo. Pensé que lo arreglarían.
–No fue así.
–Hubo falta de información. Ahora lo estoy viviendo yo y me doy cuenta de que es necesario contarlo. Los concejales del PP debieron haber explicado qué estaba ocurriendo, qué vivían ahí dentro.
–Era público que los concejales se sentían presionados porque Fernández Montes pretendía influir en las posiciones plenarias, las mociones presentadas y la actividad del grupo municipal.
–Era público, pero no explicaron sus razones. Y Pedro nos contaba que habían dejado de responderle.
–¿Se siente ahora identificada con los concejales del PP de la anterior legislatura?
–Muchísimo, muchísimo. Es muy complicado.
–¿Se arrepiente de cómo se dirigió a Margarita del Cid en el pleno de investidura?
–Ahora no lo haría así. Me he dado cuenta de que Pedro no llevaba razón. Era una cuestión de odio personal.
–Pero usted es adulta. En aquel pleno dijo que Del Cid tenía una mochila «más propia de un político corrupto». ¿Quién escribió aquella intervención: Fernández Montes o usted?
–(Silencio).
–¿Y bien?
–Los dos. Tuve que suavizar muchas cosas de ese texto.
–¿Y esa parte en concreto?
–Hubiera sido mucho más dura sin mi intervención.
–Si el pleno fuese hoy, ¿a quién votaría?
–No me lo he planteado.
–Se lo planteo yo.
–No volvería a votar a Ortiz. Y no lo haría porque teníamos un acuerdo de investidura que no cumplió pese a que yo no apoyé una moción de censura.
–Llamaba la atención que Por Mi Pueblo quisiera gestionar las empresas municipales y la limpieza del municipio desde la oposición.
–Yo no estuve de acuerdo con esa posición.
–¿Hubiera querido entrar en el Gobierno?
–Sí. Era lo lógico.
–¿Y qué pasó?
–Pedro me dijo que era mejor no entrar.
–Pero quisieron tener tareas de gobierno y permanecer en la oposición.
–Sí, es muy contradictorio. Siento que me equivoqué. Aquello era complicado de gestionar.
–¿Se reunió alguna vez con el PP para plantear una moción de censura?
–No.
–¿Nunca ha hablado con Elías Bendodo?
–Nunca. Se me ha acusado de cosas muy duras.
–Se dijo que a su marido le ofrecieron un puesto de trabajo vinculado a un ayuntamiento gobernado por el PP a cambio de su apoyo en una moción de censura que finalmente no salió adelante.
–No es verdad. Mi marido no tiene vínculos con el PP ni con ningún ayuntamiento. Han levantado muchas calumnias para justificar las decisiones que tiene aquí (señala el expediente interno que le recrimina «no aportar el porcentaje de sueldo estipulado»). El partido no tiene nada que ver. Por Mi Pueblo es una formación honrada, con gente honesta y trabajadora. Este señor ha venido a manchar el nombre del partido. Y no es justo porque en toda la provincia, desde una punta hasta la otra, el partido está cumpliendo con la ley y pagando las cosas como se debe hacer.
–¿Le presionaron el PP o el PSOE antes de la investidura?
–Los días previos fueron complicados. La Policía Local me puso escolta por las amenazas que recibió Lucía (Cuín, la otra llave de gobierno) y las pintadas en el coche de Pedro. Los dos partidos intentaron llegar a acuerdos, obviamente, pero a mí nunca me han amenazado ni presionado.
–¿Se siente una marioneta de Fernández Montes?
–No me he dejado.
–¿Ha roto tarde los hilos?
–Nunca es tarde. Y no fue tan tarde. He tenido la valentía de hacer todo esto público. No creo que sea una marioneta. ¿Que ha intentado manipularme? Sí. Me he sentido coaccionada.
–¿En qué sentido?
–Mire la documentación (vuelve a referirse al expediente). Ha habido presiones, gente que se ha venido a mi lado e incluso que ha tenido miedo y se ha retirado. Cada vez le apoyan menos.
–¿Por qué ha seguido el Gobierno manteniendo relación con Fernández Montes si es usted quien vota en los plenos?
–Habría que preguntarle a Ortiz.
–Usted habrá supuesto algo.
–Es incomprensible. Quien lleva ahora las directrices del partido soy yo, le pese a quien le pese.
–¿En qué ha quedado la petición de su expulsión de Por Mi Pueblo?
–Pasará por el pleno, pero como no ha podido aportar documentación donde acredite un cargo orgánico, se quedará en nada.
–Pero usted lo reconoció como presidente del partido.
–Hasta que no se haga efectivo un comité provincial que reconozca la estructura que Fernández Montes ha propuesto, aquí no hay nada. No hay ni afiliados.
–¿Volvería al PP de Del Cid?
–Creo que no. Soy de las que toman decisiones y no dan marcha atrás.
–Antes ha admitido que se equivocó con ella.
–Porque viciaron mi percepción sobre ella. Si hubiera indicios de corrupción, ¿por qué Pedro nunca la ha denunciado?, ¿quién podía conocerla mejor?
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