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Samuel Díaz Guzmán, Álvaro González-Posada Gil, Sergio Larrubia Puente, Martina Maldonado Maya, Martín López Molina y Ruslan Yelchenko Efimov son los estudiantes de primero ... de Bachillerato del instituto Playamar que están detrás de un proyecto con el que el centro participa en el desafío CanSat. Es la segunda vez que esta institución busca el éxito en este programa, una iniciativa de la Agencia Espacial Europea que reta a estudiantes a construir y lanzar un minisatélite, es decir, un 'cansat', vocablo compuesto por las palabras lata y satélite en inglés, ya que el ingenio no puede ser mayor que uno de estos recipientes.
Pero, a pesar de sus ajustadas dimensiones, el artefacto tiene que tener las mismas las características de uno de los grandes y contar con subsistemas como energía, sensores y comunicación. Para la fabricación de este dispositivo y el resto de la investigación, les ha sobrado con 200 euros.
La misión, bautizada como 'Stellar Playamar' ya ha entrado en la fase de concurso, el miércoles 2 de abril, probarán su invento con el lanzamiento del satélite en el aeródromo de Mairena del Alcor, en Sevilla. Allí, el centro torremolinense se medirá, en la fase andaluza del desafío, a otros institutos de la comunidad. Es una clasificación, que abre la puerta a la competición nacional.
El equipo de estudiantes, evidentemente de a rama técnica y científica, cuenta con el apoyo de los profesores Alfonso Lobato Moreno, como mentor; Pablo Navarro Fernández-Gallego, como asesor científico y Álvaro Guerrero Sánchez y Ana Isabel Moscoso Reina, como directores.
Tras la experiencia de 2024, como explica Moscoso Reina, han optado por un proyecto que sea más atractivo y que integre a otras disciplinas, como la Biología, y, de este modo, ir mucho más allá del objetivo básico que se pide para formar parte del programa CanSat. Es un trabajo científico-técnico en toda regla, a pesar de que lo mínimo que se requiere es que los participantes sean capaces de tomar medidas de las condiciones atmosféricas durante el lanzamiento y la caída de la lata.
Pero los torremolinenses se han propuesto apostar por una prueba que puede tener una clara aplicación práctica. Ya que, por un lado, el experimento servirá para la investigación de los efectos de la hipergravedad de un lanzamiento en la germinación de las semillas y el posterior crecimiento de las plantas y favorecer su plantación.
Para la primera comprobación, se ha utilizado la centrifugadora del Laboratorio de Ciencias y, sin salir del instituto, poder simular las condiciones de despegue de un cohete, desde los que se lanzan los pequeños satélites, así como las condiciones de microgravedad que se experimentan en el espacio exterior. Esto permitirá observar cómo afectará al proceso de germinación. En cuanto a la fórmula de reforestación, se mira al bosque mediterráneo y a especies autóctonas, como jara, romero y otras variedades; como explican los dos portavoces del 'Stellar Playamar', Martina Maldonado Maya y Samuel Díaz Guzmán.
Para la plantación, se ha aplicado el método Nendo Dango, que consiste en proteger a las semillas con arcilla, para su lanzamiento en el terreno que quiere regenerarse; es un sistema originario de Japón que preserva a la simiente del calor y la mantiene lista para cuando caigan las lluvias o reciba el riego. Estas bolas de barro pueden elaborarse del tamaño que se quiera, incluso, para que sean transportadas en grandes aeronaves y poder esparcirlas desde el aire, pero, en el caso del plan de Torremolinos, son diminutas, ya que tienen que caber en el pequeño aparato. con forma de lata, también fabricado con una impresora en tres dimensiones de la que dispone el centro.
Ahí es donde entra otra de las bazas del 'Playamar', la lata cuenta con un diminuto servomotor, de gran precisión, que permite controlar la apertura del tubo en el que viajarán las bombas de semillas para distribuirlas; un mando a distancia lo activa para cuando llegue el momento oportuno. «El año pasado, estuvimos bastante tensos, con pequeño problema con el cohete. Pero nos lo pasamos bastante bien. Nos gustó, aquí estamos para repetir y esperamos que salga igual o mejor.», deja claro Martina Maldonado Maya. De hecho, para que haya menos nerviosos, a pesar del reducido presupuesto, cuentan con dos satélites completos e, incluso, imagen corporativa y equipación oficial. El Aula de Emprendimiento del instituto Playamar, la ampa Eucaliptos y Marginal S.L. e IKM Innovaciones Químicas son los mecenas de este experiencia que incluye recuperar el 'cansat' intacto.
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