
Denuncian una estafa de 9.000 euros mediante tarjetas de regalo en una floristería de Torremolinos
Torremolimos ·
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El afectado recibía encargos de un mismo cliente que pagaba con cuentas bancarias que habían sido usurpadas a distintas personasUna floristería de Torremolinos ha sido víctima de una presunta estafa perpetrada mediante tarjetas de regalo Neosurf, un sistema de prepago para comprar en internet. El caso ya está en conocimiento de la Policía Nacional, aunque de momento la entidad bancaria afectada reclama al florista unos 9.000 euros, un dinero que no tiene, ya que únicamente pasó por el establecimiento para ser blanqueado de forma inconsciente. Los fondos provenían de cuentas bancarias usurpadas a terceros.
El sistema mediante el que se ha producido la estafa es complejo. Según se recoge en la denuncia, gestionada por el despacho Ruiz Rey Abogados, un cliente se puso en contacto con la floristería mediante un correo electrónico. En él se hacía un encargo muy concreto: varios centros de flores que serían un regalo para una celebración. Cada uno de ellos debería llevar incluído una tarjeta Neosurf por valor de cien euros para los destinatarios. Utilizando toda clase de excusas, el falso cliente pedía que fuese el florista quien comprase las tarjetas Neosurf y cargase en ellas el saldo, que se aportaba a la cuenta de la floristería de forma previa. Los pagos se hicieron mediante tarjeta de crédito; el cliente aportó varios números diferentes que se procesaban por el terminal de punto de venta (TPV) sin ningún tipo de aviso o problema informático a la hora de tramitar los cobros.
El cliente pedía al empresario que le mandase imágenes de las tarjetas prepago, esgrimiendo de nuevo diferentes pretextos, sin que el florista se diese cuenta de que estaba facilitando el código de uso de las tarjetas, por lo que el presunto estafador podía pagar en diferentes puntos de venta utilizando las claves.
Las primeras sospechas del empresario se despertaron cuando se dispuso a hacer el envío del primer pedido, que fue ordenado a una calle de Benalmádena que no existía, al igual que el teléfono que el cliente había aportado en las documentaciones. Pese a ello, el florista siguió repitiendo el proceso, enviando fotografías por correo electrónico de los códigos de Neosurf (siempre a petición del presunto estafador, que no escatimaba en justificaciones). En varios días, el pedido llegó a rondar el centenar de tarjetas con sus correspondientes tarjetas de prepago (el importe de las flores se iba a hacer una vez fuesen entregadas).
El florista decidió plantarse y le dijo al cliente que no iba a continuar preparando centros si no le facilitaba una dirección a la que enviarlos. Fue entonces cuando la entidad bancaria se puso en contacto con él. Se había activado el protocolo de tarjetas duplicadas en varias cuentas y el banco estaba rastreando el dinero para que fuese devuelto. El estafador había utilizado la floristería para blanquear el dinero de cuentas robadas a través de la floristería, a la que le reclaman un total de 9.000 euros de los que no dispone. Tras la denuncia, el despacho de abogados confía en que sea alguna entidad aseguradora la que se haga cargo del importe robado mientras que la Policía Nacional persigue la huella del dinero en dirección al falso cliente de los centros de flores (que nunca llegó a pagar).
Según fuentes de la Policía Nacional, en la unidad de delitos tecnológicos de Málaga no se investigan hasta la fecha estafas similares, por lo que el caso de la floristería de Torremolinos es un caso aislado y puntual.
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