Un circuito cerrado de agua para el jardín zen del Molino de Inca de Torremolinos

«Un espacio singular, único por estas latitudes, y que refleja una faceta más de la diversidad y riqueza cultural de Torremolinos, en la que hay cabida para todo y para todos. Sin duda, este espacio merecía volver a ser visitable, y gracias a la responsabilidad e implicación de los trabajadores de Servicios Púbicos de Torremolinos, ha sido posible». Con estas palabras, la alcaldesa de Torremolinos, Margarita del Cid, ha dado por reabierto el jardín zen del Molino de Inca, un singular espacio de unos 500 metros cuadrados, inspirado en Japón, enclavado en una ladera rocosa y lagos típicos del país del sol naciente. Una de los atractivos de este espacio es el agua, cuyo abastecimiento está garantizado mediante un circuito cerrado, tal y como explican desde la Administración local. De esta forma, se evita el consumo en un contexto de sequía que ha hecho que, por ejemplo, se haya vaciado el lago artificial del Parque de La Batería, al destinar esta reserva al riego. La reapertura de esta rincón de descanso es, en gran medida, responsabilidad de Juan Carlos García Olmo, trabajador de Parques y Jardines, al que agradecido su dedicación expresamente la regidora.

En cuanto a los trabajos ejecutados para la recuperación y embellecimiento del jardín zen se encuentran la fabricación de puente estanque, barandillas o toris, esto es, puertas de entrada al recinto sagrado de un santuario sintoísta. Además, se ha procedido al pintado íntegro de todo el recinto y la impermeabilización del estanque. Igualmente, se ha acometido la colocación de brezo en todo el perímetro del jardín y nuevas piedras, además de la reconstrucción de miradores y de la casa.

Por otra parte, se ha llevado a cabo la replantación completa del jardín, con flora propia de este tipo de espacios y la colocación de plantas acuáticas.

Entre otras actuaciones, también se han reconstruido las papeleras de madera del espacio y los farolillos, además de colocar un nuevo motor en la cascada. Entre los trabajos efectuados destaca la incorporación de nueva iluminación.

El espacio recuperado se integra en el jardín botánico Molino de Inca y se encuentra en el Camino de los Pinares, junto al Molino de Batán y el Pinar de los Manantiales. La historia del jardín está ligada a la de los molinos. Los manantiales que hay en este enclave dieron lugar al desarrollo de varios ingenios de este tipo, entre ellos el que le da nombre, el Molino de Inca, utilizado para la elaboración de harina, que data de principios del siglo XVIII.

Este histórico lugar acoge un precioso jardín botánico de más de 15.500 metros cuadrados, con casi un millar de especies vegetales, entre las que destacan 150 variedades de palmeras, 300 árboles y unos 400 arbustos que se pueden observar desde varios miradores. Conviven una docena de aves diferentes, algunas de ellas ejemplares únicos en el país. El líquido elemento sigue siendo protagonista en el Jardín Botánico Molino de Inca, no sólo por su papel ornamental, sino porque estos recintos albergan todavía los nacimientos de los manantiales de Torremolinos: el de Inca y el del Albercón del Rey, éste último visitado por el rey Alfonso XIII en 1926.

El jardín botánico Molino de Inca está abierto de martes a domingo en horario de 10:00 a 18:00 horas.

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