Tensión entre arrieros y animalistas en la protesta para reclamar el fin del burro taxi en Mijas

A la una de la tarde de este jueves daba comienzo la protesta para pedir el fin de los burro taxi en Mijas. Lo hacía delante de la escultura dedicada a los burros en Mijas Pueblo y justo en frente del lugar donde se instalan los burro taxi y los coches de caballos, junto a sus cocheros y arrieros. Vestidos de blanco, con sogas al cuello, pancartas de protesta e incluso máscaras de burro, la manifestación discurría conforme a los previsto, con la participación de algo más de un centenar de personas, hasta que ante ellos llegó caminando un grupo numeroso de gente, compuesto por los arrieros y cocheros, así como sus familias y algunos vecinos del pueblo.

Lo hicieron al grito de «un aplauso por los burros» y el nivel de tensión en la plaza Virgen de la Peña subió varios niveles en cuestión de segundos. El bloque de seguridad compuesto en su mayoría por Policía Local se vio reforzado por agentes de la Policía Nacional y Guardia Civil. Los manifestantes comenzaron a quejarse por la presencia de esta otra manifestación paralela. «Nosotros tenemos nuestros permisos, ellos no y estáis permitiendo que estén aquí», increpaban algunos a los agentes.

«Basta ya de maltrato animal», comenzaron a gritar los organizadores de la protesta, muchos de ellos unidos por un grupo en redes sociales creado precisamente para pedir la liberación de los burros en Mijas. «Este es nuestro pueblo», les contestaban los arrieros y sus familias. Uno de ellos incluso llegó a coger un burro y lo plantó entre un grupo y el otro.

«Nosotros solo pedimos que se pare una actividad que es medieval, no queremos que más turistas se sigan montando en los burros. Mijas recibe fondos europeos y por tanto debe de seguir las recomendaciones de Europa sobre el tema. Dicen que el burro taxi es algo cultural, en África también es cultural la ablación y no por eso debe de continuar», defendió la organizadora de la protesta animalista, Anne Blitz, quien recordó que lo que proponen es que la Administración sustituya a los animales por tuk tuks y que éstos se les ofrezcan a los actuales arrieros para que puedan seguir trabajando en los paseos a los turistas. «Buscamos algo justo para todos».

Igualmente defendieron la posibilidad de que sea también la Administración pública la que compre los burros y ponga en marcha «santuarios» en los que puedan vivir en la naturaleza.

Frente a esto, los propios arrieros recordaron que hay en torno una veintena de familias vinculadas a este negocio y desde la Asociación del Asno de Pura Raza Andaluza. Álvaro Jiménez, defendió que lo que reclaman los animalistas va en contra de los propios animales. «Si les quitan a estas familias su modo de vida, al final venderán los animales a un tratante y éste a su vez los sacrificará porque si un animal pierde su función no sirve para nada. No es lógico lo que piden», apuntó.

Igualmente aseguró que en las últimas décadas, desde que se ha mecanizado el campo, «se han sacrificado miles de burros en España, mientras que en Mijas sigue habiendo 61 burros gracias a la actividad que realizan».

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