Miguel Infantes es uno de los tatuadores que trabajan en el estudio Flip Tatoo de Fuengirola y la persona que hace unos días se propuso ayudar a los perros acogidos en el albergue 'Suspiros de cuatro patas', situado en Mijas Costa. Para ello pensó en ... lo que mejor sabe hacer: ofrecer tatuajes al módico precio de 30 euros cada uno y donar lo recaudado a la asociación. Primero lo planteó en la empresa y obtuvo la mejor respuesta, todos sus compañeros se ofrecieron a ayudarle a tatuar y su jefe a aportar los materiales.
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Anunciaron la jornada solidaria por redes y cuando el sábado abrieron las puertas del estudio de tatuajes no daban crédito ante la cola de gente que esperaba en la puerta. Cientos de personas acudieron a la llamada de Miguel y su gente y desbordaron todas sus previsiones. «Estuvimos cinco tatuadores trabajando desde las diez de la mañana hasta la noche y algunos ni siquiera paramos para comer», cuenta el propio Miguel, quien explica que finalmente pudieron tatuar a cien personas con un total de 140 tatuajes porque fueron muchos los que aprovecharon y se hicieron más de uno. Pero también tuvieron que dejar a mucha gente en la puerta y decirles que ya no podían atender a más.
Entre los tatuajes que se hicieron ese día había muchos de perros, tal y como era de esperar. «Hicimos lineales de perros salchicha, de caniches o incluso los nombres de las mascotas de los clientes», explica el tatuador.
En total consiguieron recaudar 4.000 euros que ya tienen nombre propio, el de Iris y Neón. La protectora de animales 'Suspiros de cuatro patas' es conocida por acoger a los perros completamente desahuciados, es decir, aquellos que están abandonados y que tienen un problema de salud que necesita de un fuerte desembolso económico para su recuperación, normalmente a través de una cirugía. Una situación difícil de asumir para una familia adoptante e incluso para una protectora de animales que sobrevive a base de donaciones.
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Emi Jiménez es la responsable de 'Suspiros de cuatro patas' y explica que actualmente tienen dos perros de ese perfil. Iris, a la que encontraron con dos patas rotas y en un estado de desnutrición avanzado porque llevaba meses así. Ahora está esperando para ser operada y puede que todo su tratamiento ascienda a más de 4.000 euros.
Y Neón, un bodeguero que la protectora sacó de la perrera de Alhaurín y que tiene una para rota. El caso de Neón es además curioso porque se sabe que tuvo familia y que fue operado de esa pata, ya que tiene una placa de titanio puesta, pero algo no salió bien en la intervención y el animal quedó abandonado y la placa descolgada. Ahora necesita una nueva operación. Ellos dos se llevarán buena parte de lo recaudado a base de tatuajes.
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