Aguado, posando para SUR en el hotel Holiday World Village de Benalmádena. M. RIVAS

Roberto Aguado: «Lo primero que necesita alguien que piense en suicidarse es que se le escuche»

El reputado psicólogo de Talavera de la Reina ofrece una charla en el CEIP Cerro del Viento de Benalmádena sobre la gestión emocional y la problemática del suicidio

Sábado, 15 de octubre 2022, 00:19

Es un reputado psicólogo clínico, psicooncólogo investigador, docente, director de varios centros de evaluación y psicoterapia y escritor... Pero además, se ha volcado de lleno en la educación estos últimos años; colabora con 40 centros de toda España e imparte charlas como la del pasado ... jueves, en el CEIP Cerro del Viento, de Benalmádena. Y es que, con motivo del día mundial de la salud mental (el pasado lunes), él, el toledano Roberto Aguado fue el elegido para hacer ver a los más jóvenes que, entre otras cuestiones, el suicidio es un problema real, cada vez más presente, y que entre todos, podemos prevenir y contrarrestar mientras impulsamos una correcta gestión emocional.

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- Esta vez le ha tocado ofrecer una charla sobre un tema especialmente delicado, aunque en el que usted es experto…

- El suicidio es algo que llevo trabajando mucho tiempo, tenemos un programa llamado 'VIDA': Vinculación contra la Indefensión, la Desesperanza y el Agotamiento Vital y precisamente estos aspectos son los elementos fundamentales del cerebro del suicida. Como psicólogo clínico, una de las cosas que tenemos que indagar es la intención suicida del paciente, sobre todo porque he tenido pacientes muy graves.

- Teniendo en cuenta que la charla fue dirigida a un público adolescente o joven, ¿cree que existe la necesidad de que se empiece a hablar de este tema en esta franja de edad?

- La incidencia de suicidio entre los 14 y los 29 años es la cuarta más alta de todas las edades. Las estadísticas nos indican que el suicidio está muy relacionado con el consumo de alcohol y drogas y la incidencia de consumo cada vez es mayor en edades más bajas. El suicidio se ha convertido en la segunda causa de muerte más frecuente de los jóvenes, tras los accidentes, así que es muy importante, es una pandemia.

- ¿Cómo se puede romper ese silencio que hay en la sociedad sobre este tema?

- Conociendo el cerebro del suicida, muy poco conocido.

- ¿Qué le sorprende de ese cerebro, por ejemplo?

- El estado mental en que se suicidan. Hay personas con intenciones suicidas que son psicóticos, oyen voces que les provocan el suicidio, o que tienen alucinaciones; otros que terminan quitándose la vida por el consumo de sustancias. La gran mayoría llevan una planificación, se despiden y son capaces de despedirse diciendo simplemente 'ya nos vemos'.

- ¿Qué indicios suele dejar una persona que quiera suicidarse antes de hacerlo? ¿Cuáles son las pautas para reconocer que un joven puede tener esa intención?

- Muchos. La soledad, el aislarse, el consumo, el que deja de tener relación con personas con las que se llevaba bien… Suelen entrar en una especie de ensimismamiento en el que es imposible acercase a ellos. Y esto no lo puede tratar cualquiera, tiene que ser alguien especializado. Sigue habiendo una cosa horrible a día de hoy y es que si un paciente pide el alta voluntaria, firma y se va. ¿Y esa persona tiene capacidad para saber qué es bueno y qué es malo? Estamos en una sociedad muy especial y nosotros, a veces, nos jugamos mucho. Es un tema que nos preocupa cada día más.

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- Quizá hace falta que también en los propios colegios se empiece a informar a una edad temprana sobre estos aspectos, ¿no?

- El 80% de mi tiempo se lo dedico a los colegios. Colaboro con 40 centros de toda España.

- ¿Y qué herramientas o métodos implementa o le gustaría implementar?

- Nuestro modelo VEC (Vinculación Emocional Consciente), que diseñé hace 15 años y que nos ayuda a vincularnos de manera consciente con nuestras emociones. Yo tengo un lema, y es que en la escuela, todo el mundo tiene que estar sano. La rigidez emocional es un sinónimo de enfermedad mental, mientras que la flexibilidad emocional es sinónimo de salud mental. Cuando una persona sabe activar una emoción u otra en función del momento, es una persona más capacitada para el bienestar mental.

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- Para usted, ¿debería ser obligatorio que todos los centros educativos de España trabajasen desde una temprana edad la salud mental?

- Nunca se ha dado tanta información y formación como ahora, pero falta la transformación. Las escuelas han empezado a transformar los habitáculos en áreas más grandes, accesibles, con calefacción… Luego también introduciendo métodos pedagógicos, pero falta la transformación del profesor. El profesor debe estar tranquilo y seguro ante un niño disruptivo. Si un profesor de coloca en rabia cuando ese alumno está en rabia, no es profesional.

- O sea que se centra en trabajar con los profesores más que en lo alumnos como tal, ¿no?

- Nos centramos en ellos porque son los que, desde el ejemplo, enseñan a los alumnos. Pero primero empezamos con el profesorado, luego vamos con los alumnos y luego con los padres. Las tres poblaciones son importantes.

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- Y que el profesorado aprenda a ver indicios de alumnos que quizá quieran suicidarse...

- No, porque no podemos señalar con el dedo y decir 'esta persona se quiere suicidar', lo que hace falta es que vea si un chico lo está pasando mal y reconozca que le hace falta ayuda de un especialista.

- ¿Cómo se debe tratar con alguien que esté pasando un momento complejo como este? ¿Desde la calma? ¿Intentando darle consejos de optimismo?...

- El suicidio corresponde a un estado mental y hay que sacarle de ese estado mental. Las herramientas son múltiples, pero lo primero que necesita alguien que piense en suicidarse es que se le escuche, que hablen de ello. En cuanto habla de su intención, tiene menos probabilidades de hacerlo. El suicidio se produce siempre en soledad, de una manera oculta. Es fundamental transmitirle al suicida que el suicidio es una decisión definitiva para tratar problemas concretos y puntuales. Sin embargo, en la mente del suicida hay una especie de fantasía de que van a observar desde el más allá cómo le lloran o cómo lo están pasando los que le hicieron daño; hay que quitarles esa enajenación.

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- Da la sensación de que cada vez hay más herramientas para tratar estos temas, pero a la vez cada vez se incrementa más el número de suicidios... ¿Cómo se explica esto?

- Unicef y la OMS indican que entre los 14 y 29 años, el 20,8% de la población está enferma mental grave. Hay enfermos mentales que saben disimularlo mejor. También hemos visto una forma de actuar en la que es casi necesario estar indignado, si no soy un ciudadano indignado parece que soy pasota. La mayoría de los indignados están enfermos, están secuestrados por la rabia y son violentos. La sociedad, psicológicamente, está en uno de sus peores momentos porque no es que antes hubiese menos personas con alguna enfermedad mental, había menos derechos. Un niño tiene derecho a poder decirle lo que quiera al profesor, pero el profesor no a él. Yo tengo derecho a ir a la recepción y que me escuchen porque han cometido un error, pero no tengo deberes educativos. Hay demasiados derechos, pero no deberes. La gente habla y da muchos consejos a los demás, pero no a sí mismo.

- ¿Cree que las redes sociales están haciendo daño a la población?

- Creo que colocan encima de la mesa lo que la gente compra.

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