Reclaman un nuevo centro para cubrir la alta demanda de pacientes de alzheimer en Benalmádena y Torremolinos

Antes de la pandemia ofertaban más plazas, pero con el Covid y los protocolos de distancia, la cifra se redujo a 35 y así sigue para garantizar la seguridad de estos pacientes. En la lista de espera para conseguir plaza en este centro, ubicado en la urbanización Plaza Mayor de Benalmádena, hay otros 33 pacientes y sus familias. Es decir, hay casi los mismos esperando que los que están siendo atendidos.

Una situación que no tendría que ser así porque hace mucho tiempo que la asociación, con su presidenta, Mari Cruz Azuaga a la cabeza, viene reclamando ayudas para dar cobertura a una enfermedad que, por desgracia, está lejos de desaparecer, y que además suele ser larga, con lo que centros de día como éste de Benalmádena y Torremolinos, se hacen más que necesarios, no solo para los pacientes sino para sus familias, «que son quienes verdaderamente nos preocupan», explica Azuaga.

En el año 2010 la asociación consiguió la cesión de un amplio solar de terreno por parte del Ayuntamiento de Benalmádena y se postuló para unas ayudas de la Junta de Andalucía en materia constructiva. Pero llegaron los años duros de la crisis, las ayudas se acabaron y la asociación se quedó con el solar, pero sin una sola piedra del futuro centro. Un proyecto que hoy, trece años más tarde, sigue siendo el sueño de quienes componen AFA.

Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, que se celebró este 21 de septiembre, la asociación lleva días sacando sus mesas informativas a la calle, organizando charlas y eventos para sensibilizar sobre la enfermedad, pero también quiere que no caiga en el olvido su histórica demanda.

«Necesitamos que las administraciones se impliquen y crean en nuestro proyecto», afirma la presidenta, que recuerda que ese solar sería un centro integral para atender a pacientes de alzheimer y familiares, y crearía puestos de trabajo.

«En su momento se planteó que tuviera una capacidad de más de 80 plazas, en un terreno de 2.180 metros cuadrados, con espacio suficiente para llevar a cabo terapias muy beneficiosas para nuestros pacientes, como las terapias con animales o el trabajo en los huertos, que estaban previstos en las zonas exteriores. Ahora no tenemos espacio para eso y nos conformamos con tener unas plantas», explica Mari Cruz Azuaga.

AFA atiende a personas de todas las edades y en cualquier estadío de la enfermedad. En estos momentos trabajan con personas que van desde los 58 años en adelante. «Es raro el día que no llama alguna familia preguntando por la posibilidad de una plaza, pero salvo que alguno de nuestros pacientes entre en un estadío muy avanzado y la familia opte por trasladarlo a una residencia, no queda ninguna vacante. Atendemos a dos municipios y creemos que un centro de mayores dimensiones sería un verdadero alivio para las familias».