Ocupan los bajos del edificio Tamarindos, en pleno paseo marítimo de Benalmádena

Un proyecto que nunca llegó a hacerse porque hace dos años las obras fueron paralizadas. Desde ese momento toda la zona baja del edificio quedó en bruto y a la vista de cualquiera que transite por el paseo marítimo. Un problema que recientemente se ha agravado con la presencia de ocupas residiendo allí. Una situación que tiene en pie de guerra a los vecinos del edificio, aunque con distintos puntos de vista.

En total, el edificio Tamarindos tiene más de 280 apartamentos. En algunos de ellos residen vecinos de forma permanente, otros son de propietarios que residen fuera y solo vienen puntualmente y otros están destinados a apartamentos turísticos. Algunos de los vecinos que residen de forma permanente en el edificio señalan directamente al administrador de fincas y aseguran que «a pesar de la comunidad tan elevada que pagamos, sin tener ni zonas verdes ni piscinas, el edificio está totalmente abandonado». «Estamos en pleno paseo marítimo y el edificio está de vergüenza», se quejan y acusan al administrador de tenerlos de alguna forma «secuestrados» ya que, según aseguran, no pueden tomar decisiones respecto al inmueble porque «siempre se hace lo que el administrador quiere, ya que asegura tener delegados una gran cantidad de votos, que nunca nos ha mostrado».

La crispación llega a tal grado que la asamblea anual que celebró el año pasado la comunidad de vecinos está impugnada por un grupo de vecinos residentes. También la elección del presidente de la comunidad se ha llevado a los juzgados.

Por su parte el administrador, Pedro Hoz, niega estas acusaciones, asegura que lo que ocurre en este edificio es la habitual «guerra entre quienes residen y los apartamentos turísticos» y afirma que el Juzgado ha reconocido como válidos todos los votos de la asamblea del año pasado.

Al margen de esto, reconoce abiertamente el problema que existe en estos momentos con los ocupas y alerta de que la situación puede ir para largo.

«Como administradores hemos hecho todo lo que está en nuestra mano. Hemos llamado a la Policía Local, al propietario y a Sanidad porque están allí haciendo sus necesidades y hace solo unos días prendieron un fuego para calentarse que casi intoxica a los vecinos», asegura Hoz, quien explica que el caso está ya en el Juzgado porque estas personas «en un inicio se instalaron allí con el permiso del propio propietario, que quiso fastidiar así a la comunidad tras haber denunciado y paralizado las obras».

Según la versión de Pedro Hoz, ante esa situación, «ahora no son ocupas, son precaristas y habrá que esperar a que el Juzgado se pronuncie, con el colapso que existe actualmente en los juzgados, lo que puede retrasar la situación varios años».