Nacen 40 crías de caballitos de mar en el acuario Sea Life de Benalmádena

«En Sea Life Benalmádena, estamos encantados con el nacimiento de estas nuevas crías. En estas fechas en las que celebramos el día de los enamorados, nos parece realmente fascinante comprobar cómo esos animales, eligen una pareja a la que serán fieles durante el resto de su vida», asegura María Morondo, responsable de marketing de Sea Life.

El equipo de acuaristas está volcado en su cuidado y atención, diariamente son alimentadas con artemia (pequeños crustáceos) y son trasladadas a diferentes tanques según van creciendo hasta alcanzar su madurez, y comenzar su etapa de reproducción.

El proceso de reproducción de los caballitos de mar es uno de los más peculiares del reino animal. Buscan una pareja para aparearse durante toda su vida; en cuanto al apareamiento, comienza con el cortejo, el macho inicia una danza alrededor de la hembra produciendo chasquidos con el cráneo, cambian su coloración, danzan y entrelazan las colas.

Pero la característica más curiosa del caballito de mar, y única en el género animal, es que el macho es quién es fecundado. La hembra inserta los huevos maduros dentro de la bolsa incubadora del macho y donde serán fertilizados. Es decir, el caballito de mar macho es el que se embaraza.

Estos increíbles animales son los reyes del camuflaje, lo que les ayuda a evitar a los depredadores y a esconderse de sus presas, sus ojos se mueven en diferentes direcciones, como hacen los camaleones, para poder tener un campo de visión más amplio ya que, como son muy lentos al nadar, deben estar siempre alerta para prevenir cualquier ataque de un posible depredador. Además, los caballitos de mar nadan en posición vertical, sus diminutas aletas pueden aletear hasta 70 veces por segundo. Y su cola, que enrollan en espiral, les permite aferrarse a corales y plantas marinas para que no se los lleve la corriente.

El programa de intercambio de especies de Sea Life Benalmádena, lleva ejecutándose desde hace décadas, con resultados muy positivos. «En el acuario siempre tenemos el ciclo completo de esta especie, y se realizan intercambios con otros centros marinos. Están distribuidos en varios tanques, según su tamaño, en los que poder apreciar como es el desarrollo completo de estos animales, y una vez que llegan a la edad adulta, pasan al tanque general, donde se terminan de desarrollar y de buscar una pareja, con la que compartirán el resto de vida», comenta María Morondo.