![La mujer que abrió el primer pub inglés de Torremolinos](https://s2.ppllstatics.com/diariosur/www/multimedia/201805/18/media/cortadas/Con-Juan-Margallo-%20Miguel-Alberca-Manolo-Pelayo-Miguel-R%c3%ados-k12D-U501951994140CuF-624x385@Diario%20Sur.jpg)
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Pocos saben que el primer pub inglés de Torremolinos abrió «por casualidad». Shelagh Tennant, una ciudadana británica que llegó a España con su familia cuando tenía diez años, invirtió dos millones de pesetas en la compra de un local que comenzó funcionando como pizzería. El negocio no terminaba de prosperar. «Era un desastre», reconoce. Arrancaban los felices años 60 y la diversión se abría paso entre la maleza franquista. Una noche, «tras pelearme con el dueño de El Dorado», la discoteca colindante, Shelagh comenzó a servir copas. Puso los discos que había traído de Inglaterra, inéditos en España. Bastó media hora para que se formara cola a las puertas de aquel establecimiento, que pasó a llamarse Shelagh's Bar, en calle María Barrabino: «Vendíamos cubalibres a 25 pesetas y pinchábamos canciones de The Beatles, The Kiks y todas las novedades musicales que conseguíamos de Londres y Gibraltar».
Torremolinos, un oasis libertario al margen de la dictadura, se encontraba en plena efervescencia. «Era un lugar maravilloso, algo que nunca volverá a ocurrir. Daba igual quién fueras. Se mezclaban artistas, hippies, escritores, coristas, estafadores, ingleses que no hacían nada... No había otro sitio así», recuerda Shelagh. Cuando vio que su bar tenía posibilidades de funcionar, contrató a camareros y negoció con proveedores: «No lo planeé, fue todo muy espontáneo. Hicimos muchísimo dinero, aunque siempre he sido un desastre y no me llevé nada. Llegué a tener diez camareros que bailaban mientras servían y los vestí de seda. Hacíamos música con las cucharitas de café y las botellas, todo el mundo quería estar allí».
Shelagh's Bar competía con El Dorado, «pero nosotros teníamos mejor música». Durante el breve tiempo que permaneció abierto, se mantuvo como uno de los establecimientos de moda en Torremolinos, a la altura de Pedro's Bar, El Mañana, o El Remo, aunque de aquella época solo resiste The Galloping Major, que abrió en 1964, dos años después que el pub de Shelagh. Pero la historia de esta peculiar mujer no se limita a la restauración. Hija de una familia adinerada, empezó a trabajar como modelo a los 17 años de la mano de Elio Berhanyer, que la conoció a través de Jaime de Mora y Aragón y enseguida confió en su potencial como maniquí: «Elio fue el primer modista que pagó bien a las modelos en España».
De vocación díscola, durante su infancia pasó por varios internados de los que fue expulsada por desobediencia y mal comportamiento. Su paso a la adolescencia no resultó una excepción y acabó tres días encerrada en el calabozo. «Luego me llevaron presa a Carabanchel». ¿Por qué? «La excusa es que estaba trabajando en España sin papeles, pero la realidad es que empecé a salir con un hombre cuya familia, muy influyente, no aprobaba nuestra relación». Tras su salida, se casó con el aristócrata inglés David Tennant, un hombre que le triplicaba la edad, hijo del barón Glenconner. Se trasladaron a Mijas: «Allí vivíamos en El Palomar, pero cuando abrí Shelagh's Bar me compré una casa en Torremolinos llamada La Paloma y todos bromeaban preguntando por qué la paloma nunca estaba en el palomar».
Su aventura hostelera en Torremolinos duró poco, apenas un par de años, suficientes para aparecer en un reportaje de la cadena de televisión británica BBC y en la publicación Modern Man, que mezclaba contenidos eróticos y recomendaciones de viajes. «Coca-Cola llegó a premiarnos porque vendíamos más refrescos que cualquier otro local de la Costa del Sol, incluido el Hotel Pez Espada», explica. Cansada de asumir responsabilidades, Shelagh decidió vender el bar y viajar a Italia. El poeta y abogado Rafael Pérez-Estrada la ayudó con el traspaso del establecimiento, que acabó en manos de otra mujer, Tina, que abrió allí el Tina's Bar, nombre que se ha mantenido hasta ahora pese a los posteriores cambios de propiedad.
La amistad de Shelagh con Brian Epstein, conocido como «el quinto Beatle», representante del icónico grupo británico, marcó la segunda etapa profesional de la exmodelo inglesa. «Nos queríamos muchísimo. Cuando los Beatles vinieron a Madrid, como el promotor Fernando Bermúdez no sabía hablar inglés, yo me encargué de todas las traducciones y el papeleo», cuenta. Por entonces la banda atravesaba un momento delicado: «John Lennon quería separarse, sentía que soportaba toda la presión del grupo. Brian había perdido la sintonía con Paul McCartney, que era muy creído, y con Ringo, a quien no podía ver, pero de John estaba completamente enamorado».
Lennon ya conocía España. Años antes había viajado a Torremolinos, precisamente con Epstein. «Solíamos sentarnos en un café viendo a los chicos. Yo le preguntaba cuál de ellos le gustaba y disfrutaba de sus respuestas como un escritor que está experimentando una realidad que no es la suya», relató el autor de 'Imagine'. Shelagh confiesa que, con el paso del tiempo, la obsesión del representante fue cambiando de objetivo: «Llegó un momento en que solo quería acostarse con El Cordobés. Estaba loco por ese hombre». También recuerda cómo Epstein sentía que comenzaba a ser incapaz de controlar al grupo: «A veces me llamaba llorando a las tres o cuatro de la mañana, diciendo que iba a suicidarse. Y, fíjate, al final lo hizo», cuenta en referencia a la muerte por intoxicación con barbitúricos del representante, oficialmente considerada un accidente.
Tras su aventura con los Beatles en Madrid, Shelagh coqueteó con la promoción musical, aunque la inconstancia siempre ha marcado su trayectoria laboral: «Nunca he necesitado el dinero, aunque a veces he tenido muchísimo y en otras épocas muy poco, pero nunca me ha interesado eso, sino divertirme, ser feliz con lo que hacía». Ahora, con 75 años, dos matrimonios y tres hijas después, Shelagh vive en Fuengirola, donde lleva una vida tranquila: «Lo importante es no rendirse nunca. Hace poco estuve a punto, porque tengo un pinzamiento en un nervio que me provoca muchos dolores y mi médico solo sabe escribir en el ordenador, pero al día siguiente me levanté y pensé que siempre hay una razón para seguir adelante».
En un acto de justicia, Torremolinos Chic, la página web donde José Luis Cabrera y Lutz Petry rescatan desde hace más de una década imágenes, postales y anécdotas de los años dorados de la localidad costera, rendirá homenaje a Shelagh, «uno de los personajes más fascinantes de aquella época», en el pub Galloping Major el 1 de junio. Ella adelanta que recibirá el reconocimiento con agradecimiento y coquetería: «Tendré que ponerme guapa, que vendrán mis nietos».
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