Se llama Francisco Luis Guerrero, pero todos lo conocen como Fray. Hace unos años, su vida dio un vuelco cuando le diagnosticaron un cáncer de ... próstata. Tuvo que someterse a una operación y todo salió bien, pero al poco le comunicaron que debía pasar por radioterapia. Aquello fue duro para él y para su familia. En aquellas sesiones, Fray se encomendaba a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros, de la que es devoto desde que sirvió como marinero en la Armada Española.
Publicidad
El mar forma parte de su vida, le gusta navegar y le gusta todo lo que tenga que ver con la náutica: Una de sus aficiones, a la que dedica incalculables horas, es recuperar antiguas piezas de barcos, restaurarlas y conocer y transmitir su historia. El caso es que pensando en todo eso durante su enfermedad, se hizo una promesa a sí mismo, si salía del trance que la vida le había puesto por delante, iba a rendirle homenaje a la Virgen del Carmen colocando una imagen suya en el paseo marítimo que queda debajo de su casa, justo por el que él pasea cada día.
Superó la radioterapia y aunque aún se somete a revisiones, una de las primeras cosas que hizo, fue comprar la imagen. Busco el lugar en una colina rocosa que mira al mar, en la cala de Torrevigía, en Benalmádena, muy cerca de su residencia. Se da la circunstancia de que en esa misma colina, desde hace años, hay también una estatua de buda que alguien colocó hace unos años.
Instaló a la Virgen sobre una roca saliente y al tiempo le colocó al lado unas flores, fijadas a la piedra, con un recipiente de metal, donde se puede leer su nombre y el de su mujer. Tiempo después añadió a su ya pequeño santuario, un barco de bronce y una placa que dice: «Virgen del Carmen. Patrona de los marineros».
Publicidad
Todo esto ha convertido este punto de la costa benalmadense en casi un lugar de peregrinación. Lo que no podía imaginarse Fray es que al ver la imagen, muchas de las personas que diariamente caminan por allí iban a pararse a coger una de las miles de piedras que conforman esta cala y a ponérsela cerca a la Virgen, en señal de ofrenda. Muchos incluso escriben un mensaje sobre la piedra, con la fecha en la que la colocaron o el país del que proceden. Otros piden amor, salud o paz en un pequeño mensaje. Hay piedras colocadas por personas de multitud de países del mundo.
Lo cierto es que la pequeña colina se ha convertido en un espectáculo, con miles de piedras blancas estratégicamente colocadas. «Para mi mujer y para mi es muy emotivo ver como en poco más de un año, todo el entorno de la Virgen se ha llenado de piedras, con multitud de referencias. Cada vez que pasamos por aquí, que es casi a diario, nos emocionamos al ver que cada vez hay más», cuenta Fray, quien ha escrito una carta al párroco de la iglesia del Carmen, en Arroyo de la Miel, para que también tenga constancia de la presencia de esta imagen.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.