«Dar de comer a los animales silvestres no es lo natural. Ofrecerles comida supone un riesgo para todos, altera su forma de relacionarse con el entorno, promueve su multiplicación, desequilibrio en el ecosistema, transmisión de enfermedades e incluso la desaparición de otras especies. Pone ... en riesgo a las personas, mascotas y automovilistas». Esta transcripción es parte del mensaje que el Ayuntamiento de Mijas está lanzando a través de su canales de información ciudadana y a través de los medios de comunicación, en el marco de una campaña que acaba de ponerse en marcha.
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Dicha campaña pretende concienciar a los vecinos del municipio para evitar que la población alimente a los jabalíes y cerdos asilvestrados. Lo que se persigue es atajar así una de las múltiples causas que han llevado a la multiplicación de esta especie hasta el punto de convertirse en un problema de salud pública y de seguridad, no solo en esta localidad sino también en muchas otras de la Costa del Sol.
«Tenemos que aclarar que, pese a lo que pueda parecer, son animales salvajes que no tienen que ser en ningún caso alimentados. Darles de comer altera su ciclo natural y hace que se acerquen a los núcleos urbanos con los peligros que ello entraña», señaló el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Mijas, Marco Cortés.
En la campaña se especifica que alimentar a los animales supone incumplir la Ordenanza de Convivencia Ciudadana y Seguridad en su artículo 86.2, ya que en el texto específicamente se recoge que se prohíbe el suministro de comida a animales vagabundos o abandonados, así como a cualquier otro, en los espacios públicos tales como solares o inmuebles, cuando en este último caso pudiera convertir los mismos en focos de insalubridad o generar suciedad o molestias. Según esa ordenanza, las multas pueden llegar a alcanzar 750 euros de cuantía, aunque lo cierto es que hasta la fecha el Ayuntamiento de Mijas solo ha multado, a través de la Policía Local, a un ciudadano por dar de comer a los jabalíes. Ocurrió hace varios meses y la sanción fue de 250 euros.
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Desde el Ayuntamiento insisten en que el acercamiento de estos animales a los núcleos urbanos «conlleva un riesgo de seguridad y causa un deterioro de los espacios públicos y la higiene urbana». Igualmente recuerdan que según los expertos, estos animales salvajes pueden transmitir enfermedades zoonóticas (salmonelosis, brucelosis biovar 2, hepatitis E), son transmisores de enfermedades comunes a la cabaña ganadera doméstica (pleuroneumonía porcina, circovirus porcino tipo 2, síndrome respiratorio y reproductivo porcino, neumonía enzoótica, linfadenitis); a perros de caza (enfermedad de Aujeszky), y a la fauna silvestre (tuberculosis por complejo Mycobacterium avium, triquinelosis, etc).
«Estamos hablando de enfermedades graves, por lo que todos tenemos que tomar conciencia de que no son animales con los oportunos controles veterinarios sino salvajes», señaló Cortés.
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