

El horror del incendio de Mijas: «Cuando abrí las cortinas y lo vi todo rojo, pensé que íbamos a morir»
Algunos vecinos afectados por el incendio de Mijas narran las horas de angustia que vivieron cuando, en plena madrugada, tuvieron que salir con lo puesto de sus viviendas y ponerse a salvo del fuego que les acechaba
Lorena Cádiz
Benalmádena
Martes, 14 de noviembre 2023, 00:10
Eran las cuatro y media de la mañana cuando sonó el teléfono de Rocío. Ella estaba en la cama, profundamente dormida y cuando descolgó, alguien ... al otro lado de la línea le decía que saliera corriendo de su casa, que había fuego. Medio dormida aún se levantó, descorrió las cortinas del salón y «ya era todo fuego». «No he pasado más miedo en mi vida, cuando abrí y lo ví todo naranja delante nuestra, pensé que íbamos a morir».
Ella y su pareja echaron a correr por la parte trasera de su casa, en el Camino Valtocado de Mijas. Por la parte delantera ya no había escapatoria. «Quisimos coger a los gatos, pero fue imposible, nos dio tiempo a coger a la perra y correr, porque teníamos el fuego detrás», cuenta Rocío, quien aún se emociona mirando el monte y recorriendo de nuevo el paraje por el que tuvo que correr la madrugada del domingo. Entonces todo eran llamas, hoy todo es ceniza. «La suerte es que los niños no estaban en casa», explica repasando los detalles de lo sucedido.
«Si no me llegan a llamar, mi marido y yo morimos ahogados esa noche», asegura convencida y dice que ya no está tranquila en esa casa, que es de alquiler, pero se queja de que buscar vivienda en Mijas no es tan fácil. «Ahora todo es alquiler vacacional», resume.
Un poco más arriba de la casa de Rocío vive una pareja de escoceses con sus perros. Ellos también están alquilados, pero tuvieron más suerte porque la noche del incendio estaban de viaje. Regresaban este mismo lunes y su casero y propietario de la casa, Alejandro, estaba ayer buscando una solución para ofrecerles, ya que una parte de la vivienda se ha visto seriamente afectada por las llamas y la casa no tenía ni luz ni agua, lo que complicaba que pudieran quedarse en ella.
Según Alejandro, los vecinos que residen en la parte más alta de este paraje vieron como el fuego se originaba en el transformador eléctrico que hay en la zona y «así se lo han comunicado a la Guardia Civil». «Aquí siempre hay cortes de luz en todas las casas, siempre que hay viento se va la luz» afirma convencido de que una cosa tiene que ver con la otra, aunque de momento no hay ninguna versión oficial sobre el origen del fuego, a la espera de que avance la investigación.
«Gracias a los bomberos, sin ellos no tendríamos nada»
Por encima de la casa de Alejandro vive Anne con su marido y dos perros. Ellos también estaban durmiendo cuando, en su caso, escucharon como alguien golpeaba con fuerza en la puerta. Era un bombero diciéndoles que salieran corriendo de la casa y que se taparan la boca con un trapo húmedo porque había mucho fuego. Y así lo hicieron. En pijama y sin nada más, corrieron al coche y consiguieron salir hasta un aparcamiento fuera de la zona del incendio, desde el que contemplaron el resto de la noche el duro espectáculo que se mostraba ante sus ojos. «Le dije a mi marido que habíamos perdido todo, y el me dijo que no, que teníamos lo más importante, que somos nosotros», cuenta esta vecina.

Finalmente su casa ha quedado intacta, pero todo su terreno está calcinado. Anne da las gracias una y otra vez a los bomberos y a su trabajo. «Sin ellos lo habríamos perdido todo», asegura.
«Estoy llena de magulladuras de correr por el monte»
Nicole es un nombre ficticio porque esta vecina no quiere dar a conocer el suyo. A ella y a otras dos mujeres de su familia el fuego les cogió también por sorpresa y casi no lo cuentan. Les avisó su vecina de más abajo y todas ellas, con la boca tapada por un paño húmedo, caminaron por mitad del monte, esquivando las llamas hasta conseguir salvarse. «Tengo el cuerpo lleno de magulladuras», dice Nicole, a la que aún se le saltan las lágrimas. «Temimos por nuestra vida», asegura y dice no entender porque a ellas no las avisaron los bomberos. «Fue cuestión de un segundo, cuando nos quisimos dar cuenta estábamos rodeadas». Tampoco su casa ha sufrido daños, aunque su parcela sí.
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