Mijas desentierra a sus antepasados fenicios

Fue precisamente en los años 90, cuando se construyó el cementerio de San Cayetano, cuando aparecieron los primeros restos, aunque no fue hasta 2017, cuando comenzó a plantearse el Gran Parque de la Costa del Sol, uno de los proyectos más ambiciosos que ha emprendido la localidad de Mijas, cuando de verdad se analizó la importancia de esos restos. En principio, tal y como explica la coordinadora del área de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento, Desirée Piñero, en 2017, todo apuntaba a que en esa zona se encontraba un yacimiento romano, algo que acabó confirmándose con las excavaciones, que hasta el momento han documentado la presencia de una necrópolis, y una serie de hornos, en los que se fabricaba material constructivo, cerámica común y ánforas, que eran los recipientes que utilizaban para el transporte de productos como el aceite, el vino y el salazón.

La primera sorpresa llegó cuando excavando uno de los hornos «apareció un elemento que era muy pequeñito, de marfil, y decorado con un grifo», cuenta la responsable de Patrimonio Histórico. No entendían qué hacía algo así en medio de una zona industrial romana, y cuando consultaron los libros vieron que ese tipo de elementos se habían encontrado en otros yacimientos, vinculados a necrópolis fenicias.

Las pesquisas se quedaron ahí hasta que unos años más tarde, de nuevo excavando la zona, encontraron una segunda sorpresa, en forma de recipiente, y pegado al mismo «una tierra oscura, huesos y un cuchillo de hoja curva». Ahí quedó claro que estaban ante una tumba y su correspondiente ajuar, que podría estar datada entre el siglo VII y el VI a. C.

Poco a poco la hipótesis de una necrópolis fenicia fue tomando fuerza y hoy está plenamente documentada con el descubrimiento de 19 enterramientos, de los cuales se han excavado 18. Según explica Piñero, lo descubierto hasta el momento apunta a unos rituales funerarios que poco tienen que ver con las necrópolis de esa época halladas en la provincia de Málaga. Esa diferenciación es en la que están trabajando tanto Desirée Piñero como su equipo, formado por Alicia Benítez y Lucía Cabello, que está apoyado por la antropóloga Victoria Peña y otra serie de profesionales. Tienen aprobado un proyecto de investigación, que se prolongará seis años, de manera que ahora arranca la tercera anualidad. Este proyecto está apoyado por la Universidad de Málaga y financiado al cien por cien por el Ayuntamiento de Mijas.

Cada uno de los enterramientos descubiertos saca a la luz una historia, tanto particular, de la persona que fue enterrada ahí, como común, sobre las creencias y costumbres de quienes habitaron esta zona en aquella época. De momento, y a la espera de que avance la investigación, se sabe que en uno de ellos se encuentra una mujer acompañada de un niño de 5 años, que podría ser su hijo.

Todos los enterramientos hallados presentan similitudes, aunque también diferencias, lo que hace la investigación aún más interesante porque está planteando numerosas preguntas. En líneas generales, excavaban fosas de forma rectangular u ovalada, donde colocaban al individuo, tumbado en una cama de madera, y junto a él, el ajuar. Así se realizaba la cremación, que podía ser primaria o secundaria. La primaria es que se dejaba el cuerpo tal cual, y la secundaria es que se recogían parte de los huesos para introducirlos en una urna.

En las excavaciones se han encontrado alguna de esas urnas, y en una de ellas un escarabeo, es decir, un anillo o un colgante basculante, de plata, que tiene tallado un escarabajo por un lado y por otro lado, una leyenda donde aparece escrito el nombre del faraón Tutmosis III.

Otra de las curiosidades descubiertas en los enterramientos es que en uno de ellos, el fallecido está acompañado por un ajuar formado por dos platos, uno con los restos de un animal, que se cree que pudo ser una oveja o una cabra, y otro con las espinas de un pescado, que tras haber sido analizadas en la Universidad, se sabe que corresponden a las vértebras de un besugo, que han quedado perfectamente conservadas.

Todo esto es parte de lo que se ha sacado a la luz hasta ahora. Pero aún quedan tres años de investigación que mostrarán la historia del pueblo fenicio asentado en Mijas de forma mucho más clara. Una vez que eso se consiga, «el futuro debe ser la puesta en valor del yacimiento», asegura Piñero que habla de la posibilidad de crear un parque arqueológico que quedaría justo al lado del Gran Parque de la Costa del Sol, de manera que podrían conformar una zona cultural, de ocio y turística única.