Mijas recupera el sistema de capturaderos para tratar de frenar la proliferación de jabalíes

Cuatro empresas han mostrado ya su interés en este contrato, que contempla un gasto de 150.000 euros el primer año, y que es prorrogable durante tres años, con un presupuesto de 100.000 euros por cada año, según explicó el concejal de Bienestar Animal, Marco Cortés. Aún así, resulta difícil fijar una cifra exacta de gasto, ya que el pliego de adjudicación recoge que se pagará a la empresa por ejemplar, es decir, se fijará un precio por cada animal que se capture y posteriormente se abata.

«A este momento la Junta de Andalucía nos da dos soluciones a un problema que ya es generalizado: la instalación de capturaderos en puntos estratégicos o la caza con arqueros. Hemos obviado los arqueros y hemos optado por esta opción para tratar de controlar la población de una especie invasora que está teniendo un crecimiento exponencial, ya que cada año son capaces de multiplicarse por tres o por cuatro», detalló Cortés.

De esta forma, los capturaderos se instalarán en Calahonda, en Arroyo de la Cala, por el antiguo Club La Costa o en la Carretera de Mijas, entre otros puntos. Todas son zonas de habitual paso de estos animales que, según apuntan desde el Ayuntamiento, están causando serios problemas con su tránsito prácticamente diario por las zonas urbanas en busca de comida.

«La Policía Local está recibiendo numerosas alertas, hay vecinos que incluso tienen miedo de salir a sacar la basura de noche. Son animales que no tienen ningún control veterinario, que se meten en cualquier sitio, incluidas las zonas infantiles, que defecan y que pueden transmitir enfermedades, tal y como nos ha alertado el propio Colegio de Veterinarios», explica el concejal.

A eso se suman los destrozos en el mobiliario urbano y uno de los temas que más preocupan: el riesgo que representan para los conductores. «Se pegan a las líneas de servicio de la A-7 y es un serio peligro para la seguridad vial si invaden la calzada, hace poco provocaron un accidente en la carretera de Mijas», asegura Cortés.

Desde el Ayuntamiento insisten en que este es ya un problema generalizado en muchos municipios y por tanto necesita de medidas mayores que vengan de parte de administraciones superiores como la Diputación Provincial o la Junta de Andalucía, ya que de poco sirve si se toman medidas en un término municipal, pero no en el limítrofe.

Son varias las voces que alertan de que los capturaderos no son más que un «parche» y no una solución al problema. Una de ellas es la asociación SOS Cerditos, que forma parte de la Plataforma por el Bienestar Animal y Medio Ambiental de Mijas y Fuengirola. Su presidenta, Lisa Amado Ferguson, explica que llevan cuatro años analizando este problema, que viene de más lejos, y al que las administraciones «no han buscado solución hasta última hora y lo hacen pensando a corto plazo».

La presidenta de SOS Cerditos pone sobre la mesa otra alternativa que no son los capturaderos y que ella considera que puede ser mucho más efectiva porque ya se está aplicando en otros países y en otras regiones de España, como Cataluña y está dando buenos resultados. Se trata de la castración química. «La técnica consiste en ir controlando grupos de cien cerdos asilvestrados. Algunos, los que los profesionales consideran necesario, se eliminan por eutanasia, y a otros, los más pequeños, se les aplica la castración y se les coloca un crotal, que se convierte en un indicativo de que ese animal ha sido castrado y vacunado», explica Amado, quien recuerda que los animales castrados se vuelven más mansos y se desplazan menos, lo que poco a poco puede ayudar a que las poblaciones urbanas queden controladas.

«Somos conscientes de que una parte tendrán que ser sacrificada, pero nos parece una solución mucho más realista que la de los capturaderos, que lo único que consigue es que la especie se vea amenazada y que incluso se reproduzca más. Ya tuvimos capturaderos el año pasado y está claro que no ha mejorado en nada el problema», afirma la presidenta.

Lo cierto es que, a través de esta organización, el Ayuntamiento ha pedido presupuesto a los investigadores que están llevando a cabo la técnica de la castración química en Barcelona. «Sabemos que les han pasado un presupuesto para la castración, vacunación, crotal, curas y sacrificios necesarios de una población de 100 animales, que no supera los 100.000 euros», detalla Lisa Amado, que recuerda que con el sistema de los capturaderos se paga por cada pieza sacrificada y el precio supera con creces los 1.000 euros por animal.

Otra de las medidas que siempre ha estado en el debate es la creación de más bebederos en la sierra para que los animales, ante la sequía que azota la zona desde hace tiempo, no se vean obligados a bajar a las zonas urbanas en busca de agua y alimento. «Hay varios bebederos en la sierra y este invierno instalaremos más, pero no es una solución ante la proliferación que tiene esta especie», asegura el concejal, quien también hizo un llamamiento a los vecinos para que no de de comer a estos animales porque eso solo consigue acrecentar un problema ya de por sí complicado.