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Lorena Cádiz
Mijas
Lunes, 2 de octubre 2023, 00:25
«Por esta zona siempre ha habido jabalíes, pero antes se veían de vez en cuando, ahora es que todas las noches los ves pasar o los oyes buscando en los contenedores», cuenta Manolo Cabello. Él es vecino de Mijas pueblo, pero en esas palabras ... coinciden vecinos de distintas urbanizaciones de la costa mijeña, como Riviera del Sol o Torrenueva. La presencia de manadas de jabalíes, prácticamente a diario, se ha convertido en un problema con muchas aristas, que no solo afecta a esta localidad, sino a otras limítrofes, también con zonas cercanas de sierra.
Uno de los problemas es el de la seguridad. «Estamos hablando de animales que tienen colmillos de 15 centímetros, como mínimo imponen», afirma Miguel Martínez, presidente de la comunidad de vecinos Riviera del Sol. Eso, en el caso de cruzarse con ellos a pie. Pero también se puede dar la circunstancia de hacerlo en coche. Los vecinos de las urbanizaciones cercanas a la nacional 340 advierten de que cualquier día puede haber un problema. «La nacional está aquí al lado, y si cruzan van a provocar seguro un accidente, son animales que pesan más de cien kilos», explica por su parte Fernando Jaén, presidente de la comunidad de vecinos Torrenueva, la tercera más grande de Mijas.
En esta comunidad se han colocado carteles en los que solicitan a los vecinos que no alimenten a los jabalíes. «Aquí vive una comunidad de extranjeros muy grande y ellos tienen otra conciencia distinta a la nuestra, pero a estos animales no se les puede poner un plato de comida como si fueran gatos, ellos tienen querencia y van a volver a buscar alimento». Cada vez que vuelven, según denuncian los vecinos, provocan daños en los jardines y esparcen la basura por todos lados.
Pero, ¿por qué ahora los jabalíes son tantos y se dejan ver en las zonas urbanizadas a diario? Para empezar, por la sequía. La falta de lluvia hace que no encuentren su alimento en el campo y tengan que bajar a buscarlo. Para seguir, se trata de una especie muy fértil. «En un año pueden llegar a tener dos y tres camadas con 14 jabatos en cada una de ellas», explica Fernando Jaén. Y para rematar, «en los últimos tiempos ha habido una construcción desproporcionada muy por encima del nivel del mar, lo que prácticamente los está empujando a bajar», afirma Roberto, bombero de profesión y voluntario en varias ONG para la protección de los animales.
A esto se suma, que «se ha descuidado mucho a estos animales durante muchos años, no solo debido a una construcción exponencial, sino también porque no se han reforestado las zonas incendiadas o porque ha llegado la sequía, y a diferencia de lo que se hacía antes, no se les ha subido al monte agua y alimento», continúa Roberto.
El presidente de la comunidad de vecinos de Torrenueva coincide en este último punto. «Antes, cuando había sequía, cada cierto tiempo, se les subía pienso y agua para que no bajaran, hasta que estuviera el campo más verde, pero aquello dejó de hacerse».
Ante esto, la pregunta es ¿cuál es, por tanto, la solución a este problema? Desde la Junta de Andalucía remiten a la resolución publicada el pasado mes de junio y apuntan que, según se recoge en la misma, «los terrenos urbanos y rústicos urbanizados no ordenados son competencia de la autoridad municipal», es decir, de los ayuntamientos, y a estos se «recomienda usar o autorizar el uso de capturaderos y posterior sacrificio de los ejemplares capturados, de acuerdo con la Ley de protección de los derechos y bienestar de los animales».
Por su parte, desde el Ayuntamiento de Mijas aseguran que se encuentran «muy limitados» frente a este problema y que las herramientas que facilita la Junta «se quedan cortas para frenar un problema que ya afecta a toda la región, y por el cual se han visto obligados a ampliar la emergencia cinegética a todas las provincias».
Frente a esto, y «pese a ser zonas de dominio público hidráulico y ante la inoperancia de la Junta como ente competente, el Consistorio está actuando con la autorización del ente autonómico para intentar paliar esta problemática y evitar que lleguen a las zonas urbanas», apuntan fuentes municipales. Esa actuación consiste en la contratación de una empresa, concretamente la firma Adda, que instala capturaderos en los puntos «de mayor conflicto» y una vez capturados, abate a los animales.
Lorenzo Pérez es director de Mijas Golf. En los terrenos de la empresa es muy habitual que entren los jabalíes, a los que no frenan las vallas. «Levantan el césped como si fuera un arado, y por donde pasan, arrasan», explica Pérez. En este campo de golf finalmente se instaló uno de los capturaderos de la empresa contratada por el Ayuntamiento. «Capturan muchos, muy habitualmente, aunque personalmente no se por qué es necesario matarlos, se podrían plantear otras opciones», dice Pérez.
Roberto, el voluntario, critica también que la única solución que se esté dando al problema es matar a los animales, cuando además «está quedando bien claro que no está dando solución al problema», y solo está consiguiendo «lucrar a unos cuantos».
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