Nuestra provincia, y sobre todo la zona de la costa, se ha convertido en uno de los grandes reclamos mundiales. Personas de todo el globo ... llegan aquí deseosos de comenzar una nueva vida, de aprender, de encontrar mejores oportunidades, o sencillamente, con el anhelo de disfrutar del ambiente, el clima y la gente del Sur. No es ningún secreto que uno de los grandes valores e insignias de la Costa del Sol en la actualidad es su multiculturalidad, la mezcla de culturas de todos los rincones del mundo que convive en la zona.
Y fiel reflejo de esta realidad es el Instituto de Educación Secundaria Mercedes Labrador, en pleno centro de Fuengirola. Un centro de enseñanza reconocido en la zona por acoger alumnos nada menos que de 45 nacionalidades diferentes, procedentes de los cinco continentes. Estudiantes que, con su ejemplo y esfuerzo, demuestran que una perfecta convivencia entre todos sí que es posible.
Más de 600 alumnos acuden cada día a la llamada del timbre de este amplio IES. Choca, sobre todo para aquellos que se han criado en otros tiempos, comprobar cómo, tras sus paredes, pueden verse clases con más de diez nacionalidades diferentes y rasgos y tonos de piel tan dispares en un mismo espacio, por ejemplo, en cualquier esquina del patio. Pero allí es su pan de cada día.
Alumnos más allá de los españoles- mayoritariamente sudamericanos y europeos, pero llegados también de países más dispares como Senegal, Filipinas, Pakistán, China, India, Australia, Estados Unidos… Como explica la profesora de inglés, Inma Casado: «El inglés ayuda bastante, es una lengua vehicular, porque muchos de ellos ya traen medio aprendido». Sin embargo, aunque muchos se ayuden de esta para empezar a tomar contacto con otros niños, la capacidad de los jóvenes para crecer y adaptarse es sorprendente. Y es que aunque muchos de ellos ya sean nacidos aquí, otros llegan sin apenas conocer el castellano.
Es ahí donde entra en juego el trabajo de Jesús Relinque, como profesor de interculturalidad y ATAL (aula temporal de adaptación lingüística para el alumnado extranjero). Un espacio en el que se enseña a estos jóvenes tanto el idioma como la cultura local. Además, para fomentar su integración adaptación, al inicio también se les adaptan los temarios. Aunque como asegura el profesorado, el mejor aprendizaje es el contacto con otros compañeros locales. «Ellos también aprenden el español por el propio contacto con sus compañeros, porque además, la mayoría quiere integrarse rápido. Hay alumnos que en 3-4 meses están hablando español, y es alucinante. Además, hay que destacar que el concepto de español tradicional, con sus apellidos tradicionales, cada vez se ve menos. La realidad de hoy día es diferente y es esta, multicultural», destaca el jefe de estudios, Santi Mora.
Cada año celebran el Día de la Interculturalidad, con talleres, música, deportes, bailes y muestras de gastronomía de todo el mundo
Con la entrada de los 2000, época en la que consideran que empezó a crecer el número de nacionalidades en la zona, a los trabajadores y directores de este centro se les ocurrió incorporar una jornada festiva: el Día de la Interculturalidad. Una fiesta que, a día de hoy, tras alrededor de 20 ediciones celebradas, se ha convertido en el 'día grande del centro'. En este 2023 se celebró en el mes de mayo, aunque los preparativos comenzaron varios meses antes, no sólo por parte de ellos tres, también por parte de Jesús Rojo (responsable de organización), Adela López (directora), María Esperanza Bolet (jefa de estudios adjunta)… Y muchos padres y alumnos volcados con el evento.
Un día en el que se desarrollaron en torno a 50 actividades diferentes con el fin de poner en valor lo especial y auténtico de cada una de las culturas recogidas en el instituto. Una jornada para la convivencia, la amistad y el conocimiento. «Empezamos con unas charlas sobre la interculturalidad, después tenemos una degustación gastronómica en la que participan muchas familias, también se montan 'stands' en los que ellos se visten con los trajes típicos de sus países… Se han hecho talleres de escritura, de tatuajes de henna, otros años trenzas y peinados africanos, música, baile, manualidades…», explica Casado.
Talleres de sushi, karaoke, juegos tradicionales del mundo, pulseras de hilo, pintura, batucada africana, taller de aikido japonés… Un sinfín de actividades realizadas en sólo una mañana, también con el apoyo de los padres, por ejemplo, para la elaboración de una larga mesa de degustación de platos típicos de diferentes países. Esta muestra gastronómica y el desfile de banderas, con música y baile, son sin duda, los eventos estrella de estas jornadas tan lúdicas.
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