¿Quién fue Ibn Al-Baytar y por qué es tan importante para Benalmádena?

Hace ya tiempo que el municipio así lo defiende. No en vano uno de los institutos de la localidad lleva su nombre y promueve constantemente el conocimiento de su figura entre la población. Sin ir más lejos, esta misma semana se ha celebrado una nueva edición de la Feria de la Ciencia, organizada por el IES Al-Baytar, en la que de nuevo el botánico andalusí fue el protagonista. También, desde hace años, se trabaja en la construcción de un parque, que está llamado a ser el nuevo pulmón verde de Benalmádena y que lleva el nombre de Ibn Al-Baytar.

«Nadie ha reconocido nunca el nacimiento de Al-Baytar en otro punto que no sea Benalmádena», asegura el investigador residente en el municipio, estudioso de la historia local, con múltiples publicaciones a sus espaldas, Rafael Gamero, quien a su vez cita las publicaciones realizadas por el Doctor Kettani, quien entre otras muchas cosas, fue rector de la Universidad Islámica Internacional Averroes de Córdoba y quien también reconoce que el nacimiento del botánico fue en lo que hoy es Benalmádena.

«En aquel momento Benalmádena destacó gracias a su figura en todo el mundo islámico, que estaba entonces en pleno florecimiento», cuenta Gamero, quien explica que con los años se trasladó a Sevilla, donde estudió Farmacología y de ahí a Damasco, donde falleció en 1248, posiblemente de un ataque al corazón. Sus estudiosos aseguran que se marchó de Al-Andalus empujado por el fanatismo religioso entre cristianos y musulmanes.

Fue en 1982 cuando tras la inauguración del conocido castillo de El Bil Bil, recuperado por el Ayuntamiento del municipio costasoleño, se celebró allí la presentación de un libro sobre Al- Baytar y se decidió reconocer su vinculación con Benalmádena con la creación de una escultura, diseñada por el artista Reed Armstrong, que allí sigue.

En ella Ibn Al-Baytar mira al castillo de El Bil Bil y para los amantes de la historia, como Rafael Gamero, esto conduce a engaño. «Esa escultura debería de ser traslada a Benalmádena Pueblo, que es donde habitaron los musulmanes y donde seguro él tuvo su residencia», apunta. «Hay que acercar la historia a su sitio», defiende.

Y no es el único. Desde comienzos de siglo han sido varias las voces expertas que han reclamado un reconocimiento por parte de Benalmádena a su paisano. Gamero hace referencia a lo escrito en su día por el Dr. Kettani, quien mencionaba al erudito malagueño Narciso Díaz Escovar, quien se quejaba de que no se hubiese homenajeado a Al- Baytar; también al académico de la Escuela de Bellas Artes, Sebastián Souvirón, quien pidió en su momento que se le nombrara hijo predilecto. Y también el propio Gamero, quien pide no solo el traslado de la escultura, sino también una calle principal con su nombre y el nombramiento de hijo predilecto o ilustre por parte del Ayuntamiento.

Rafael Gamero ya recogió algunos datos de la biografía de Ibn Al-Baytar en su tercer tomo de 'Historias de Benalmádena' y además ha seguido su pista sobre el terreno. La presencia de un mural con la figura del botánico en El Borge lo llevó a hacer indagaciones sobre la vinculación del pueblo con éste. Una vinculación que parece estar relacionada con el limonero, ya que los datos que han llegado hasta hoy hacen pensar que Al-Baytar fue quien introdujo el cultivo del cítrico en La Axarquía malagueña.