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Con el verano a la vuelta de la esquina, los comerciantes y empresarios de Benalmádena empiezan a organizar la temporada y ponen el foco en ... una de sus principales preocupaciones, que se repite año tras año sin que de momento se haya encontrado una solución. Se trata de la venta ambulante o lo que coloquialmente se conoce como los manteros.
La Asociación de Comerciantes y Empresarios de Benalmádena (ACEB) cifra entre un 20 y un 30 por ciento las pérdidas que la venta ambulante ilegal genera en sus negocios, principalmente en la zona de la Costa y Puerto Marina.
Ante esto quieren poner pie en pared con medidas «de control» que vayan más allá del «espectáculo de la Policía corriendo por el paseo marítimo detrás de ellos», dice la presidenta de la ACEB, Rosa María González. «No queremos que se de esa situación, ni mucho menos, es importante contar con presencia policial, pero esto no se puede atajar con la fuerza, necesitamos otro tipo de medidas que sean disuasorias», continúa la presidenta.
Una de esas medidas podría ser la de imponer sanciones administrativas a quienes compren a aquellas personas que ejercen la venta ambulante ilegal, y con eso «nos referimos a quienes venden en la manta, a quienes ofrecen masajes en la playa o a quienes venden productos por la arena», explica González.
«La venta ambulante ilegal es un delito y no solo participan en el quienes tienen que salir corriendo al ver a la policía, los que compran también están contribuyendo al mismo», insiste la presidenta de los empresarios, quien en una reunión reciente con el alcalde del municipio, Juan Antonio Lara y otros miembros del equipo de Gobierno y de la directiva de la ACEB, reclamaron al Gobierno municipal que modifique la ordenanza de venta ambulante para recoger ese tipo de sanciones. «Parece que el Ayuntamiento está por la labor y lo ve factible», aseguró tras ese encuentro la presidenta.
Por parte de los empresarios van a poner en marcha en breve una campaña informativa sobre este tema dirigida tanto a turistas como a residentes. «Queremos informarles de lo que supone la venta ilegal y a qué contribuyen si les compran: Destrucción de empleo, colaboración con las mafias, menor calidad de los productos...».
La idea es elaborar folletos informativos que recojan todas esas cuestiones y traducirlos a varios idiomas para posteriormente repartirlos en los hoteles del municipio.
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