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Miguel recuerda que a sus 16 años ya había huertos junto al Arroyo del Pantano, en Benalmádena. Ahora tiene 70. Recuerda que en aquellos años ese entorno era un bosque de zarzas por el que era imposible pasar. «Todo el que se jubilaba en el ... pueblo, se venía aquí, elegía un trozo de tierra, la limpiaba bien y plantaba su huerto». Cuando esa persona ya se hacía demasiado mayor para seguir yendo y viniendo al huerto, «se lo pasaba a un familiar o a un amigo».
Ha pasado más de medio siglo desde entonces y esa tradición ha conseguido mantenerse todo este tiempo. Hasta el punto de que ahora mismo se calcula que hay un total de cien huertos cultivados en los márgenes del arroyo. Todos ellos encaran, a pesar de su larga trayectoria, un futuro incierto. Aquel bosque de zarzas se ha convertido ahora en un sendero peatonal, que arranca en Arroyo de la Miel y llega hasta la Costa. Un sendero que permite un agradable paseo a la sombra de los árboles y con huertos, a uno y otro lado del mismo. Sin embargo, otros huertos se encuentran ubicados en los terrenos donde se va a desarrollar el parque Al-Baytar, uno de los proyectos estrella del municipio, un pulmón verde de 22 hectáreas de extensión.
Ese es uno de los grandes escollos a los que se enfrenta la tradición de sembrar en esta zona. El otro es el agua. Todos los vecinos que cultivan un trozo de tierra se abastecen del agua que baja por el arroyo para el riego. Hace solo unos meses se presentó allí por primera vez, después de décadas de presencia en la zona, el Seprona. Lo hizo en respuesta a la denuncia que un particular había presentado. Según explica Eva, hortelana en la zona, ya han levantado acta a diez de ellos (ella es una de las afectadas) y los acusan de usurpación de aguas.
«El agua baja por el arroyo en su camino al mar, no se la estamos quitando a nadie, es más aquí todos pensamos que es el agua que suelta el campo de golf (situado por encima de los huertos) porque un día te encuentras con que apenas hay agua y al día siguiente cae a chorros», continúa esta usuaria. De todas formas, tanto ella como el resto están concienciados de que el momento de regularizar su situación ha llegado, están dispuestos a mudar sus huertos de un punto a otro, también a pagar el agua que consumen, si es necesario. Lo que no imaginaban, después de tantos años, es una denuncia ante el Seprona.
«Ahora la gente viene con miedo, son todos personas mayores que no tienen por qué sentirse así», dice Eva, que explica que por lo pronto, los sancionados tienen que costearse un abogado y pagar la multa que se les imponga. Un desembolso económico importante y la sensación de «sentirnos delincuentes» cuando ellos creen que no han cometido delito alguno.
«Hay días que vengo hasta tres veces», cuenta Miguel, que tiene gallinas en una parte del terreno. «Vengo a primera hora y les echo de comer, vuelvo a mediodía a echar un vistazo y después vengo ya a última hora de la tarde y nos ponemos a jugar al dominó y me dan las diez de la noche. Nosotros no tenemos dinero para ir al bar y en la casa estorbamos, como quien dice. Aquí estamos distraídos, en la naturaleza y en lo que nos gusta, pero ahora tenemos la sensación de que sobramos».
«Tener un huerto no es venir a matarte de trabajar para llevarte una bolsa de tomates, es otra cosa», dice Antonio, otro de los hortelanos, emocionado porque recuerda que sus nietas se han criado en ese trozo de tierra y han jugado en todo el entorno del arroyo.
«Todos los gobiernos municipales que han pasado por el Ayuntamiento de Benalmádena en todos estos años han sido conscientes de que los huertos estaban aquí y todos han dado su consentimiento verbal o tácito a nuestra presencia», explica Eva. Por ello buena parte de los hortelanos ha mirado al actual Gobierno local en busca de ayuda ante la situación que encaran. Una ayuda que no llega todo lo rápido que ellos desearan.
Por lo pronto, el Gobierno municipal ya ha dicho públicamente que otorgar una autorización para ocupar, aunque sea en precario, porciones de dominio público local (algo que han reclamado tanto por el PSOE como por IU en la oposición para buscar una salida temporal) «supone privar de su disfrute al resto de la ciudadanía e incurrir en prevaricación»
«Aunque legalmente procede el desalojo de las parcelas ocupadas ilegalmente, el concejal de Medio ambiente, Juan Olea, ha mantenido reuniones con los afectados para proponer alternativas y soluciones», afirman desde el Gobierno municipal y aseguran que están trabajando en habilitar una zona de huertos urbanos proyectados en la fase 1 del nuevo parque Al Baytar y «en agilizar lo máximo posible esta reubicación aplicando las condiciones legales correspondientes».
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