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El chiringuito La Piedra, situado en término municipal de Benalmádena, justo en el límite con Fuengirola, en la playa de Carvajal, ya es escombro. El restaurante construido en madera, que en su día funcionó a pleno rendimiento, llevaba desde 2017 ocupado por una persona, que ... lo había convertido en su residencia habitual y que incluso en verano vendía allí bebidas.
Fue la Dirección General de Costas la que determinó hace años que ese espacio no cumplía con la normativa e «instó al Gobierno municipal a que lo demoliese», según aseguró este viernes el Ayuntamiento de Benalmádena en un comunicado. Esas mismas fuentes explicaron que el Ayuntamiento lleva tres años sumido en «un desacuerdo entre partes» que finalmente se ha resuelto por la vía judicial, de manera que el Juzgado ha dado luz verde a la demolición, que acaba de llevarse a cabo.
Desde el Ayuntamiento también aseguraron que antes de llegar a este punto ha habido «intentos de diálogo» con la persona ocupante, pero no fue posible el acuerdo. Con el derribo y por tanto, desalojo forzoso de este chiringuito, son ya dos los merenderos que se desocupan en los últimos meses en este municipio.
El pasado verano el Ayuntamiento procedió a desocupar el chiringuito La Perla, situado junto al complejo hotelero Holiday World. Tras la marcha de la concesionaria que explotaba dicho chiringuito, una persona entró a vivir allí, pero en aquel caso el Ayuntamiento sí consiguió llegar a un acuerdo con el ocupa sin necesidad de recurrir a la Justicia.
En el caso de La Perla, primero se pensó que sería necesaria la demolición del espacio edificado, pero finalmente desde el Ayuntamiento anunciaron que Costas no lo consideraba necesario y que la Junta de Andalucía había procedido a la adjudicación de la explotación por un periodo de 30 años al Grupo Peñarroya, propietario del complejo Holiday World.
Con el derribo del chiringuito La Piedra el avance de la Senda Litoral en el tramo entre Fuengirola y Benalmádena no tiene ya obstáculos. Hay que recordar que en breve está prevista la instalación en la zona de una pasarela de madera de 15 metros de largo y más de dos metros de ancho, que unirá por primera vez a nivel de playa, ambos municipios, salvando así la desembocadura del arroyo El Jardín, que marca el límite territorial entre ambas localidades. Esa pasarela, enmarcada en el proyecto Senda Litoral, hubiera tenido uno de sus extremos delante del chiringuito hasta ahora ocupado.
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