La música como impulsora del recuerdo y la educación

Los coros de voces blancas de estos tres centros académicos y el coro de Suel, como se ha bautizado al grupo de mayores con Alzheimer de esta asociación, se reunirán hoy, a las 19.00 horas en la Plaza de España de Fuengirola para hacer un regalo a la población: demostrar que la música mueve montañas y corazones. Más de 200 alumnos de estos colegios llevan meses preparándose para esta cita: un concierto navideño de villancicos muy peculiar.

Al contrario de lo que muchos podrían pensar, todavía hay niños y niñas interesados en formarse musicalmente, en aprender a cantar, bailar o tocar algún instrumento, incluso por encima de otras materias o de juegos que impliquen el uso de las tecnologías. «Hubo muy buena acogida entre los niños cuando propusimos este proyecto. Tener en nuestro centro un coro de voces blancas ayuda a fomentar la educación musical y artística, a la que tan poco valor se le da pese a ser tan importante», explica la jefa de estudios del CEIP Andalucía, Natalia Arjona, impulsora de esta iniciativa social entre centros.

La fuengiroleña, que además de su labor como docente, cursó violín en el Conservatorio, quiso crear un coro en su colegio y fue buscando apoyos en otros centros de la zona, que vieron con buenos ojos esta idea. «Les aporta valores como el esfuerzo, la disciplina, el compromiso, el saber estar, la constancia… Valores que hoy día se están perdiendo», asegura Arjona. Y lo refrendan el resto de portavoces de Syalis y Valdelecrín, emocionados como nunca al ver el progreso de sus alumnos.

Pero faltaba algo más en este concierto: la voz de la experiencia, la de un grupo de mayores que padecen Alzheimer y que, a través de la música, han redescubierto una nueva faceta de si mismos. Cada semana y además desde 2014, acuden ilusionados a sus talleres de musicoterapia, algunos de los cuales imparte la psicóloga Sonia Buil, que relata: «Me di cuenta de que podíamos unir habilidades metacognitivas como la atención o la memoria y la música». Y explica: «La memoria musical, para ellos, es indispensable, además es la última memoria que se pierde. Incluso pacientes con una demencia avanzada recuerdan la prosodia. Este y otros talleres de reminiscencia les ayuda a evolucionar significativamente».

Resulta emocionante verles ensayar; algunos ni siquiera necesitan leer las letras de los villancicos, con sólo oír los primeros compases de la canción, pueden reconocer perfectamente el tema y entonarlo de memoria. Eran 'uno más' en el ensayo previo a este recital de Navidad, un encuentro que tuvo lugar el lunes y en el que todos los protagonistas se reunieron, por primera vez, en el patio del colegio Syalis. Al son de la música, de la amistad y de la alegría, compartieron una experiencia única que ya erizó la piel de más de uno de los profesores. Una iniciativa que devuelve la fe y la esperanza en la sociedad.