Aprobadas las obras para ampliar la desaladora de Marbella: no se le acoplará una planta portátil

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha tomado conocimiento de la aprobación del comienzo de las obras, que costarán 4,5 millones de euros y tendrán un plazo de ejecución de 9 meses. Son promovidas por la Consejería de Agricultura en el marco de las obras de emergencia contra la sequía. Toda la provincia está en nivel grave y, de hecho, la Costa del Sol fue la segunda demarcación en entrar en color rojo tras la Axarquía. Las últimas han sido Málaga, Guadalhorce y el resto de la provincia, que no bebe agua de embalse.

Fuentes de Acosol, la empresa que gestiona esta planta desaladora que en realidad es de titularidad estatal (Acuamed), indican a SUR que, con todas las cautelas que tienen las tramitaciones y los plazos, esperan tener la desaladora ampliada en el último trimestre del año. Para entonces, si no llueve, el pantano de La Concepción tendrá apenas 5 hectómetros cúbicos, o esa es la hoja de ruta fijada hace unos días por el comité provincial de sequía. La premisa es clara: no se puede dejar el pantano vacío para el último trimestre.

Finalmente, la ampliación de la planta, en la carretera de Istán, no será con el acople de una desaladora portátil, como se llevó a evaluar. Los técnicos prefieren agregar dos líneas de tratamiento extra para que la planta produzca esos 20 hm3. Ahora, la infraestructura tiene 6 líneas, de las que 1 está fuera de servicio en determinados momentos porque se está produciendo la citada renovación de componentes.

Ahora mismo, tal y como avanzó este diario en enero, la desaladora llega a producir el 50% del agua que sale por los grifos de la Costa. Pero eso sólo es en un marco de sequía y en meses de menor demanda. Esos 20 hectómetros reseñados a los que se quiere llegar deben ser reforzados con pozos salobres como los de Guadalmansa y Fuengirola (ahí sí se instalarán desalobradoras portátiles), también contemplados en el decreto de sequía, recursos externos y el agua que quede en el embalse, que regula el río Verde y el triple trasvase Guadalmdina-Guadaiza-Guadalmansa. La razón de la salinidad o conductividad de estos pozos estriba en que la falta de lluvias hace que no se recarguen y el nivel baja, con lo que sube el sodio.

Entre tanto, se están sustituyendo los viejos componentes de la planta. De modo que en junio subirá de 6 a 12 hectómetros de capacidad y, a final de año, a los reseñados 20. Entonces, la planta no dará para más y habrá que buscar recuperar viejos proyectos como la desaladora de Mijas-Fuengirola, que se llegó a adjudicar pero que fue víctima de la gran crisis de 2008. O esperar al pantano de Gibralmedina, que compartirán las provincias de Cádiz y Málaga y cuyo proyecto contempla un volumen de hasta 100 hectómetros cúbicos para regular el río Guadiaro.

La complejidad de las obras de la desaladora marbellí radica en que la planta no se puede parar en este contexto de sequía. Está a todo lo que puede dar desde el verano pasado y no se ha hecho ninguna de las paradas que normalmente se realizan para mantenimiento. Solo la merma en un sexto de su producción cada vez que se renuevan los cartuchos y membranas de una línea.