Pleno ordinario celebrado este pasado jueves en Benalmádena. L. Cádiz

¿Agua de piscinas o de grifo?: Gobierno y oposición se enfrentan por el agua que se está usando en zonas públicas de Benalmádena

El PSOE asegura que el Ayuntamiento sigue usando agua potable para regar y baldear, pero no aporta pruebas, y el Gobierno municipal defiende que es agua donada de las piscinas, pero no da más detalles

Lorena Cádiz

Benalmádena

Jueves, 21 de marzo 2024, 23:55

El Ayuntamiento de Benalmádena está ultimando una ordenanza que permitirá sancionar a los vecinos que hagan un mal uso del agua potable. Dicha ordenanza, que en estos momentos está abierta al debate ciudadano para que cualquier persona pueda hacer su aportación al respecto en la ... página web municipal, contemplará qué usos son sancionables y en qué cantidades económicas, siempre dentro de las pautas marcadas por el Gobierno andaluz a través del decreto de sequía. En ese marco, el PSOE acusó al equipo de Gobierno municipal, en el pleno celebrado este jueves, de llevar a la «confusión» a la ciudadanía por reclamar a los vecinos el cumplimiento de ese decreto y al mismo tiempo estar incumpliéndolo desde el Ayuntamiento.

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Los socialistas, a través de su portavoz municipal y secretario general en Benalmádena, Víctor Navas, afirmaron abiertamente que se está «baldeando diariamente con agua potable», y que lo mismo ocurre con el riego de determinadas zonas verdes. Así lo expusieron en el pleno, sin aportar pruebas como tal, aunque sí con un listado de calles donde, según el principal partido de la oposición, las cubas de agua municipales se cargan cada día de agua potable. «En avenida del Cosmos, en avenida de Retamar, en la calle Juan Luis Peralta...entre otros puntos», enumeró Navas.

«En el PSOE estamos de acuerdo en un uso responsable, coherente y no discriminatorio de agua, pero no entendemos por qué unos si pueden usar el agua como quieran y otros tienen que cerrar sus contadores», afirmó Navas, quien señaló que «la sequía es un problema de toda la sociedad y todos tenemos que tener claras cuáles son las medidas»

El rechazo a estas afirmaciones fue tajante por parte del concejal de Agua y Medio Ambiente, Juan Olea, quien aseguró que llevan desde el pasado mes de noviembre sin baldear las calles, salvo en los casos necesarios por cuestiones higiénicas y que tampoco se riegan las zonas verdes públicas, salvo el Parque de la Paloma y los jardines de las zonas más emblemáticas y turísticas de la ciudad. Esos casos excepcionales de baldeo y el riego de zonas muy concurridas se hace, según defendió Olea, con el agua de piscinas que ha sido donada en estos últimos meses. «¿Lleva regando las zonas verdes y baldeando con agua de piscina tres meses?», le increpó el portavoz del PSOE y Olea aseguró tajante que sí, aunque tampoco aportó más datos al respecto.

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Hubo el mismo debate por el riego del Parque de la Paloma, principal pulmón verde del municipio. Esta zona cuenta con un permiso especial de la Junta de Andalucía, y con las conducciones y demás infraestructura necesaria para ser regada con agua regenerada procedente de la depuradora. Según detalló Olea, desde este pasado mes de febrero (una vez salvado todo el proceso burocrático necesario y los controles previos) ya se riega con agua regenerada en esa zona, algo que el PSOE también puso en duda. «Están regando a plena luz del día cuando la normativa respecto al uso de agua regenerada es clara y debe de hacerse por la noche, están usando agua potable», señaló Navas. «Regamos de día porque no tenemos nada que ocultar», insistió Olea.

Llenado de piscinas en hoteles

El portavoz del grupo municipal IU-Podemos, Pablo Centella, introdujo en este punto otra lectura al debate. Las piscinas de los hoteles son consideradas públicas y por tanto están excluidas del decreto de sequía de la Junta, es decir, se pueden llenar y rellenar libremente. «¿Esas piscinas que han vaciado y donado los hoteles, después se van a volver a llenar con agua potable?», preguntó Centella. «Si eso es así, es vestir un santo para desvestir otro», criticó. «Estamos hablando de hoteles con pérdidas de agua en sus piscinas o que ya tenían obras comprometidas», defendió Olea. «Podrían haber abierto el sumidero y haber tirado el agua, pero no lo hicieron, nos llamaron para donarla».

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