En septiembre de 2022, unos pocos meses antes de las elecciones municipales se ponía en marcha una de las obras estratégicas del municipio de Benalmádena: la transformación de los accesos al puerto deportivo. Doce millones de euros de inversión financiados en buena medida con los ... fondos europeos Edusi para adaptar a los nuevos tiempos la avenida Alay, eje principal que conecta la avenida Antonio Machado (la que cruza toda Benalmádena Costa) con la entrada a Puerto Marina.
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Un entorno que no había variado en más de dos décadas y sobre el que el Gobierno municipal de aquel momento, con el PSOE al frente, planteó un aumento del espacio peatonal, convirtiendo la avenida en un lugar más diáfano, con aceras más amplias.
Esa transformación implicó a su vez la eliminación del túnel subterráneo que durante muchos años había servido para aliviar los atascos que se formaban en esta zona. Eran aquellos los años en los que una de las principales zonas de movida de la provincia era la plaza Solymar y Puerto Marina. Poco a poco el ocio nocturno fue perdiendo peso en este entorno y el túnel ya no se hacía tan necesario como antes. Los comerciantes de la zona pidieron que aprovechando las obras se eliminara porque tal y como estaba diseñado restaba visibilidad.
En una primera fase de los trabajos en la avenida Alay se taponó la entrada que daba a ese eje. Quedó por tanto pendiente de taponar el acceso de la avenida Antonio Machado.
Las obras de la avenida Alay culminaron hace ahora un año y no estuvieron exentas de polémica. El nuevo equipo de Gobierno del PP en el Ayuntamiento de Benalmádena denunció que en el proyecto de obra no se habían tenido en cuenta problemas graves de accesibilidad, ya que para cubrir el túnel, hacía falta acometer un forjado que levantaba la vía 50 centímetros. Eso supuso que los edificios a ambos lados de la calle quedaran demasiado bajos respecto a la misma. Esa situación implicó un retraso en las obras que supuso que la avenida Alay estuviera cerrada al tráfico todo el verano de 2023, cuando más afluencia de gente hay en este entorno.
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Sea como fuera la obra se terminó, pero quedaba pendiente el otro lado del túnel, cuyo cierre se ha retrasado un año porque se ha aprovechado la oquedad para el acopio de materiales durante las obras que se han llevado a cabo en el vivero de empresas, situado en los bajos de la plaza Solymar. Terminada esa obra, comienzan ahora los trabajos para finalizar el taponamiento del túnel. Durarán aproximadamente un mes e implicarán el corte de un carril de Antonio Machado en cada sentido.
Con esta intervención se dará, por tanto por concluida, la obra para transformar los accesos a Puerto Marina y supondrá el adiós casi definitivo del túnel, ya que según explica el concejal de Obras, José Luis Bergillos, se van a instalar placas de hormigón que si fuera necesario se podrían retirar para volver a hacer uso de ese paso.
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