Actúan en un centenar de zonas de Benalmádena para prevenir la aparición de procesionaria

Así, atendiendo a la normativa anterior, «las larvas no salían, ya que el producto para el tratamiento contra la procesionaria del pino tenía una durabilidad en el árbol de dos a tres meses», recalca. La nueva normativa europea obliga al uso de productos diferentes, «basados en el contacto», «lo que obliga que realizar varios tratamientos en diferentes días y realizar revisiones periódicas», según detalló el concejal de Medio Ambiente, Juan Olea.

Este tratamiento, continuó Olea, «es clave para evitar la eclosión de los huevos», aunque explicó que «como todo proceso natural y biológico, depende de diferentes factores, los cuales, producen que se adelante o retrase la eclosión y salida de la larva».

«Los trabajadores del equipo de tratamientos fitosanitarios realizan también un muestreo y seguimiento para estar pendientes en todo momento en ese centenar de zonas en las que se ha actuado», precisó. A esto se suma un trabajo para la recogida de bolsas o nidos de procesionaria, «los cuales, en su mayoría tienen a los ejemplares muertos en su interior debido a los tratamientos previos». Para disminuir la población futura, también se colocan trampas para la polilla.