Encuentran un objeto extraño en un 'whopper' en Torremolinos

Entre una tarea y otra, decidió comer con su hijo en el Burger King. Es lo más rápido cuando hay poco tiempo y a los niños les encanta. Pidió, como tantas otras veces, una oferta de la conocida multinacional: un 'whopper', un 'long chicken' y patatas fritas. Y a comer. Pero algo se le cruzó en la boca. De un extremo a otro noté algo duro, como metálico. Me saqué el trozo entero para no dañarme el cielo de la boca y vi lo que era: un metal o plástico duro, fino y puntiagudo, relata Suzette Moncrief. El objeto, según explica la clienta, tenía el tamaño de una cerilla pero de menor grosor. Los hechos ya han sido denunciados ante la Oficina del Consumidor de Torremolinos para exigir responsabilidades a la empresa.

Tras el hallazgo, la clienta pidió explicaciones a los encargados del Burger King ubicado en Torremolinos, que le devolvieron el importe de la comida y mostraron buena voluntad ayudándole a poner la hoja de reclamaciones. El restaurante inmovilizó de inmediato todo el lote del que procedía la carne y dio parte de lo sucedido a la sede del franquiciado en Madrid, según confirma la persona responsable de supervisar este y otros establecimientos de la firma. Además, se ha trasladado la reclamación a la empresa de distribución del producto, que a su vez enviará la incidencia al proveedor de la carne, ambas compañías homologadas por Burger King. Le aseguro que se tomarán todas las medidas de control de calidad necesarias para detectar el origen de la incidencia, afirma la supervisora del local.

Al parecer, según el testimonio de la clienta, el objeto estaba incrustado dentro del filete, de manera que ni los trabajadores pudieron verlo cuando lo pusieron en el bocadillo. Todos nos hemos encontrado un pelo en la comida o una carne con un trozo de pescado porque no han limpiado bien la tablita. Te da asco pero te parece lógico que suceda dentro de una cocina donde se manipulan diversos alimentos. ¿Pero a qué viene un trozo de metal en una carne procesada?, se pregunta.

Moncrief, aún alterada por lo ocurrido, alerta del peligro que este fallo en la cadena de preparación del producto podría conllevar . Si esto le pilla a un crío de cuatro años que está aprendiendo a comer solo o a un chico grande que come a lo loco, se lo tragan y se ahogan, lamenta. Ella frenó en seco en cuanto detectó algo extraño en el bocado que acababa de dar y lo retiró con cuidado. Pero si lo muerdes con fuerza te puede llegar a dañar el diente o a hincar en la encía, reflexiona.

Por eso está dispuesta a llegar hasta el final, porque siente que tiene el deber cívico de hacerlo. Quiero que si esa empresa tiene que pedir responsabilidades a otra que lo haga y que si tienen que pasar más inspecciones y más controles, que los pasen, añade.

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