Alberto Gómez
Sábado, 17 de octubre 2015, 00:39
Las aguas andan revueltas en los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Torremolinos. A las brechas internas abiertas en el Partido Popular y Ciudadanos se une ahora un nuevo conflicto, esta vez en la cúpula del Partido Socialista. El presidente del PSOE municipal, Carlos Blanco, confirmó ayer a este periódico que ha presentado su dimisión «por diferencias» con el alcalde y secretario general del partido, José Ortiz. Aunque Blanco inicialmente alegó que su decisión obedecía «al ámbito exclusivo de mi vida privada», fuentes consultadas confirman que la asignación de los cargos de confianza del nuevo equipo de gobierno y la negativa de Ortiz a nombrar de forma unipersonal al cronista oficial de la localidad costera han puesto en jaque una relación mermada desde hace meses.
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Blanco es historiador, investigador y autor de numerosos libros, entre ellos La verdad sobre la autonomía de Torremolinos. Fue una de las voces más críticas con la gestión del exalcalde, Pedro Fernández Montes, a quien acusa de haberlo relegado «al silencio oficial» durante las últimas dos décadas. Según ha podido saber SUR, el presidente del PSOE local solicitó ser cronista oficial tras la llegada de Ortiz a la Alcaldía en junio. El regidor, que había planteado esta posibilidad en caso de ganar las elecciones, le comunicó a Blanco que la elección de la plaza sería consensuada con el resto de grupos municipales: «No voy a poner a dedo a nadie ni garantizar nada, aunque cuente con mi voto». Blanco entendió la decisión de Ortiz como un paso atrás y explotó en las redes sociales: «Después de veinte años de olvido esperaba un reconocimiento oficial de aquellos por los que soporté semejante ignominia, pero es evidente que mis aspiraciones no estaban bien fundadas».
Asesores
Otra de las razones que han dinamitado la relación entre el alcalde y el presidente socialista está relacionada con los cargos de confianza del nuevo equipo de gobierno. Blanco no aprueba que en la nómina de asesores del PSOE figuren personas a quienes ni siquiera conocían en el partido. Ortiz, en cambio, afirma defender «la formación específica por encima de la afiliación política». De los siete cargos de confianza elegidos por el alcalde y su equipo, cuatro no pertenecen a las filas socialistas, entre ellos un asesor de los dos anteriores regidores, Miguel Escalona (PSOE) y Fernández Montes (PP).
El malestar de Blanco se remonta a la configuración de la lista electoral. El historiador ocupó el último puesto, que siempre tiene un carácter honorífico, pero su intención era aparecer entre las primeras plazas para optar a una entonces hipotética Concejalía de Cultura, responsabilidad para la que muchos le consideran «la persona idónea». Ortiz prefirió apostar «por un equipo joven, de regeneración» y mantuvo a Blanco en un plano simbólico.
La moción para designar al cronista oficial de Torremolinos, figura hasta ahora vacante, será presentada previsiblemente en el próximo pleno, que se celebrará en dos semanas.
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