Woks y Martinis a pie de playa

Hace unos años no tantos comerse una hamburguesa XXL en una hamaca en la playa, con gafas de sol y un Martini en la cubitera al cobijo de los hielos, solo se relacionaba con una pulsera de todo incluído, o si eso, con algún lugar selecto de Marbella. Ahora no. De hecho, se ha convertido en moda asequible para todos los públicos. El paseo marítimo de Los Álamos no solo se frecuenta cuando el sol se esconde, sino que también es una apuesta fuerte mientras está en todo lo alto.

Los chiringuitos más afamados de la zona Café del Sol, Kokun, Maracas o La Playa, cuentan con una oferta de día Sol Beach que este verano está teniendo muy buena acogida; de hecho ya en ediciones anteriores comenzaron a triunfar gracias a los descuentos de ofertas web como Groupalia, Oferplan o Groupon, que durante los meses de calor lanzan ofertas asequibles de comida y hamaca para todos los bolsillos.

Cualquier malagueño que llegue a la zona de Los Álamos y aparque el coche en uno de los tantos llanos habilitados para ello tiene la opción de otear de izquierda a derecha y decidirse por una de las múltiples opciones, que aunque similares, tienen varias diferencias.

A las 13.00 horas, el grupo de camareros de La Playa se sienta en el porche para comer ellos y prepararse para la llegada del aluvión de comensales que esperan pasar un día de relax sin mover un dedo: «En este chiringuito, la gente suele decantarse más por los woks y las hamburguesas. Sin duda, son los platos estrella que más servimos» comenta uno de ellos, mientras su compañera asiente con la cabeza y se acaba su hamburguesa de buey con patatas fritas. Ya en la zona de playa se encuentra Leticia, que desde su cómoda posición explica los pros y contras de este sitio: «A mí la verdad que es el que más me gusta. Veo un poco caras las bebidas, ya que cualquiera de estas, hasta un café, te cuesta tres euros. No obstante, un día aquí no tiene un precio desorbitado, porque si vienes sin descuento incluso, la tarde suele salir por 18 euros entre la comida y la bebida» explica.

Al otro lado, también sobre la hamaca, se encuentra Manu, que razona que para él la elección del lugar tiene que ver con el target de gente: «Sin hacer ninguna distinción maliciosa, me gusta más La Playa por el ambiente que hay, tanto el ambiente de día como el de por la noche. Creo que hay varios tipos de perfil».

Una vez fuera del local, solo hay que avanzar unos metros para acceder a Kokun, uno de los últimos y más novedosos chiringuitos de la zona. Aunque el rollo es el mismo, este establecimiento se distingue por contar con mesas y mantelería dentro del local, algo más elegante que el chiringuito anterior. Con las hamacas ya listas, dos amigas ya disfrutan de un refresco tumbadas: «Kokun nos gusta más por el tipo de local. La verdad es que son todos muy parecidos y del mismo perfil, pero este tiene pequeños detalles que nos han ganado. No obstante, la calidad de la comida suele ser la misma», comenta una de ellas mientras se quita el sombrero.

Depende de la oferta

Siguiendo con el recorrido dirección Málaga capital, el Café del Sol ya se encuentra lleno de clientes. Uno de ellos es Pablo, confiesa que la elección del lugar depende para él de las ofertas que encuentre en internet. Las estudia y decide coger la más novedosa o la que incluya más privilegios: «Desde hace dos o tres años se ha puesto de moda esta moda que emula a los hoteles. La verdad es que, aunque la playa no sea la mejor de la ciudad, el ambiente que generan estas iniciativas dan mucha vida a Torremolinos». El joven comenta que el binomio de hamacas y comida mediterránea es una buena combinación, y explica que una de las cosas que más atrae el público es la opción de montarse en alguna de las atracciones acuáticas que ofertan por la zona, independientemente de los chiringuitos: «Montarse en la clásica banana remolcada por una lancha o moto de agua es algo que atrae a mucha gente, ya que en Málaga capital no se encuentran muchas atracciones de este tipo».

Sobre la comida, hay diferentes opiniones. La mayoría opina que está bien, aunque hay personas que consideran que ya se llama wok a «cualquier spaguetti con salsa de soja y un poco de verdura». Las cartas suelen adecuarse a la moda, e imitan el modelo que ya lleva triunfando casi una década en Pedregalejo: ensaladas, hamburguesas y woks, siempre acompañadas de zumos, batidos y marcas habituales de cerveza. Sin duda, la iniciativa funciona, y durante los dos meses de verano ha registrado lleno la mayoría de los días por descontado, los fines de semana .

Cuando el sol se va escondiendo y la brisa de finales de agosto invita a ponerse una camiseta, las cenas siguen congregando a clientes, incluso familias, hasta la medianoche. A partir de ese momento, las hamacas y la tranquilidad dejan paso a las copas y la música. Las colas interminables de jóvenes que quieren acceder a las fiestas de moda tiñen el paseo marítimo, que hace tan solo unas horas, dibujaba una estampa bien diferente, con dos amigas, Martini en la mano, brindando por la puesta de sol en plena playa.