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Ana Pérez-Bryan
Miércoles, 27 de mayo 2015, 22:05
Más allá de las llamadas de teléfono, del ahora sí y ahora no o de los guiños y pactos a un lado y al otro, en estos días existe otro momento clave para los partidos que no por oficial, y por tanto previsible, deja de ser espinoso. Tampoco tiene por qué representar cambios, pero en el caso de que los haya, pueden llegar a afectar seriamente al juego de estrategias: es el recuento de las votaciones que por ley realiza la Junta Electoral, cuya sede en Málaga capital está en el Palacio de Justicia, y que comprueba que los datos telemáticos los que llegan a través de las pda de las mesas electorales coinciden efectivamente con las actas que se redactan a mano y que se envían a la propia Junta Electoral. Y este miércoles fue un día para echar (y ajustar) cuentas en la enorme sala de prensa desde la que en otros tiempos se siguieron, por ejemplo, macrocausas como la de Malaya.
Aunque para sentencia, la de los votos. No la de los físicos en papeletas, que se destruyen la misma noche electoral, sino la de las actas oficiales, y que deja un panorama incierto en dos localidades: Rincón de la Victoria y Torremolinos, donde el PP pierde un concejal. A pesar de que los partidos implicados han echado sus propias cuentas para celebrar o lamentar la pérdida de algún concejal, hay que esperar a que los cambios queden registrados de manera oficial.
A expensas de los pactos
A falta de este último trámite, el panorama es el siguiente: en Rincón se ha puesto en peligro la posibilidad de un pacto entre el popular Francisco Salado y Antonio Pérez, de Ciudadanos, porque existían dudas en torno a una decena de votos que en caso de no coincidir supondrían un concejal menos para el PP, que pasaría a Ahora Rincón (Podemos). Es decir, que a Salado no le saldrían las cuentas para llegar a una mayoría absoluta, ya que con un concejal menos (siete en lugar de ocho) sólo sumarían diez cuando la mayoría absoluta está en once. No obstante, y según fuentes del PP, el recuento en esta localidad no ha experimentado modificaciones y a falta del registro oficial parece que Francisco Salado podrá seguir adelante con su pacto. Al menos por el momento.
Al otro lado del mapa, en la vecina Torremolinos, eran ocho los votos que bailaban y supondrían directamente un concejal más para Ciudadanos, que subiría a cuatro en detrimento del PP, que se quedaría con 10. Parece que en este caso, y según confirmaron los dos partidos implicados, habrá cambio de color en el acta de concejal, de azul a naranja, por un error en el escrutinio de una de las mesas electorales. El efecto que tendrá este cambio sobre el mapa de fuerzas es una incógnita, ya que la gobernabilidad en este municipio está mucho más abierta y no parece probable que el popular Pedro Fernández Montes, en pleno debate además sobre su recambio por Margarita del Cid, sea capaz de llegar a un acuerdo la oposición. Es más, el PSOE proponía un acuerdo a cuatro bandas (PSOE, IU, Costa del Sol Sí Se Puede-Podemos y Ciudadanos) para «regenerar» la localidad y desplazar al PP.
Este tipo de cambios que inclinan la balanza de un lado o del otro son los que llevan a los partidos a mirar con lupa los resultados e incluso a desplazar a sus representantes a la sede judicial. Y fue el caso, aunque con caras nuevas en la sala. Por ejemplo, Ysabel Torralbo, cabeza de lista de Málaga Ahora que por su condición de abogada se mueve como pez en el agua en estos asuntos y que prefirió no delegar. En su caso había pocas esperanzas de que los mil votos necesarios para tener otro concejal y, sobre todo, para quitárselo al PP, cayeran en su cesto, porque las diferencias en el conteo no son tan abultadas.
En el resto de la provincia, en Alhaurín de la Torre Ciudadanos no ha conseguido arañarle un concejal al PP, y en Alhaurín el Grande el partido de Juan Martín Serón (Por Alhaurín) no perderá un edil en favor de sus excompañeros del PP. Tampoco ha habido suerte para el PP en Fuente de Piedra, que se ha dejado un concejal por el camino la lista que encabeza Jacobo Florido pasa de tres ediles a dos , aunque sin efectos de cara a la gobernabilidad del municipio. Y es que cada papeleta vale su peso en oro. Que se lo pregunten si no a la cabeza de lista del PSOE en Archidona, Mercedes Montero, que gracias a este recuento, en este caso en el partido judicial de Antequera, ha conseguido hacerse con un edil asignado erróneamente al PP y lograr nada menos que la mayoría absoluta. Y por un puñado de votos. Pero bien contados.
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