Día Internacional de la Memoria Transexual: Pasaje Begoña

Este libro editado por la Junta de Andalucía y elaborado por investigadores de la Universidad Pablo Olavide en colaboración con la Asociación Pasaje Begoña analiza los aspectos de este enclave de referencia en Torremolinos

El 20 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Memoria Transexual, una efeméride que tiene como finalidad recordar a todas aquellas personas que han sido asesinadas a causa/o víctimas de la transfobia y el odio a las personas trans, solo por el hecho de serlo, así como recordar la violencia continua que sufre la comunidad trans.

«No se puede proteger lo que no se sabe que existe». Bajo esta premisa, hoy 20 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Memoria Transexual, una efeméride que tiene como finalidad recordar a todas aquellas personas que han sido asesinadas a causa/o víctimas de la transfobia y el odio a las personas trans, solo por el hecho de serlo, así como recordar la violencia continua que sufre la comunidad trans.

El 28% de los casos de delitos de odio por pertenecer al colectivo LGTBI en Andalucía el pasado año tuvieron como víctimas a las personas trans, según datos del Observatorio Andaluz contra la LGTBIfobia, una cifra que se suma a la discriminación y falta de inserción social y laboral que sufre de manera general el colectivo.

Asimismo, en el último año estamos asistiendo a un discurso de odio contra las personas trans en parte por la tramitación de la ley de igualdad social y no discriminación por razón de identidad de género, expresión de género y características sexuales, que persigue garantizar sus derechos. Hay que tener en cuenta que los discursos de odio suponen el preludio de los delitos con esta motivación, por lo que resulta importante detener este tipo de mensajes antes de que deriven en agresiones y discriminación.

Para evitar y dar respuesta a esta situación, en Andalucía contamos con leyes que recogen los derechos de la totalidad del colectivo LGBTI y sus familias.

Dentro de estas normas, las Administraciones públicas andaluzas prestan respaldo a la celebración, en fechas conmemorativas, de actos y eventos que, como formas de visibilización, constituyen instrumentos de normalización y consolidación de la igualdad social plena y efectiva en la vida de las personas LGTBI y sus familiares como es el caso de este Día Internacional de la Memoria Transexual.

Recordar para sanar: la historia del Pasaje Begoña

En el recuerdo de muchos malagueños y visitantes, la historia del Pasaje Begoña es una insignia de la memoria LGTBI dentro y fuera de nuestras fronteras, un ejemplo de cómo otras generaciones fueron capaces de ser visibles e iguales.

Este ‘oasis de libertad’ ubicado en Torremolinos acogía en tiempos de represión a celebridades, intelectuales, personalidades de la jet-set y turistas anónimos, que convivieron en una atmósfera de diversidad, vanguardia y respeto donde era posible ser uno mismo.

Desgraciadamente todo se truncó el 24 de junio de 1971 cuando ocurrió la conocida como “gran redada”. Se identificaron a 300 personas y 114 de ellas fueron arrestadas por “atentar contra la moralidad y las buenas costumbres” sufriendo abusos y vejaciones.

Para rendir homenaje y recoger su historia, el espacio fue declarado lugar de Memoria Histórica LGTBI por la Junta de Andalucía y por el Congreso de los Diputados.

Además el pasado año, con motivo del 50 aniversario se publicó el libro ‘El Pasaje Begoña en La memoria LGTBI+. Libertad y represión de la sexualidad en Torremolinos durante el franquismo (1962-1971)’ editado por la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación (actualmente Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad). El trabajo, que ya va por su segunda edición, fue posible gracias a una exhaustiva labor de investigación dirigida desde la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla con la colaboración de la Asociación Pasaje Begoña (distinguida por la Junta de Andalucía con el premio +Social 2019 en la categoría LGTBI por su infatigable trabajo de investigación y activismo) y otras personas y entidades.

Como explican en el libro, esto no supone defender que el Pasaje Begoña fuese exclusivamente gay, sino reivindicarlo como un espacio de convivencia entre la población homosexual y la población heterosexual que gozó de una visibilidad inusual en la España franquista. El Pasaje Begoña representó un espacio de libertad para los homosexuales, pero también lo fue para otros grupos que, siendo heterosexuales, no encajaban en la sexualidad normativa. El Pasaje Begoña fue también un lugar de convivencia independientemente del lugar de procedencia o de la opción sexual.

Los relatos sobre el Pasaje Begoña y la Gran Redada han contribuido a dar visibilidad al colectivo LGTBI+ en los contextos turísticos y abordar otras cuestiones como la represión de los disidentes sexuales en Andalucía durante el franquismo y la transición.