
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Fiestero, salvaje y maravilloso, así han descrito los astrofísicos de la Universidad de Northwestern al agujero negro del centro de la Vía Láctea, después de captar la «visión más larga y detallada» de este punto «vacío» de nuestro universo. En realidad, lo que se pudo observar de esta enorme concentración de masa, cuya fuerza de atracción no deja escapar ni siquiera a la luz, ha sido el «disco giratorio de gas y polvo» que orbita a su alrededor y que emite un «flujo constante de llamaradas sin períodos de descanso», según publicaron este martes en The Astrophysical Journal Letters.
Se trata de destellos de distinta intensidad y duración, desde efímeros flashes hasta «erupciones cegadoras y brillantes», y sucedieron todos los días terrestres, durante el periodo de observación con el telescopio James Webb de la Nasa, entre 2023 y 2024. «Vimos algo diferente cada vez, lo cual es realmente notable. Nada nunca permaneció igual», afirmó el físico y astrónomo Farhad Yusef-Zadeh, investigador principal del estudio. «Nuestro agujero negro es único, siempre repleto de actividad, sin alcanzar la estabilidad nunca».
Las observaciones del disco Sagitario A* se hicieron con una cámara infrarroja, llamada NIRcam, que capta dos colores simultáneos en este espectro (dos ondas separadas de 2,1 y 4,8 micrones). Se hizo durante 48 horas en estadios de ocho a diez horas. Los investigadores, que incluyen expertos de la Nasa, el Instituto de Ciencia del Telescopio Espacial y el Smithsonian, entre otros, reconocen que se sorprendieron con el espectáculo de «fuegos artificiales» que descubrieron: entre cinco y seis grandes llamaradas y varias pequeñas a diario. «Vimos un fulgor cambiante y burbujeante», recordó Yusef-Zadeh. «Y luego ¡boom!, apareció una gran explosión de brillo, y llegó la calma. No encontramos un patrón, parece ser aleatorio. Era emocionante cada vez que lo mirábamos».
Los hallazgos descritos en el artículo -titulado 'Variabilidad continua de Sagitario A*, utilizando JWST en longitudes de onda de 2,1 y 4,8 micrones: distintas evidencias de emisión variable, débil y brillante'-, proporcionan «más pistas sobre los procesos físicos que ocurren alrededor del agujero negro», y el siguiente paso es ampliar la observación de este espacio en el centro de la galaxia hasta las 24 horas seguidas, y así «reducir el ruido».
Para explicar lo que ocurre allí, los astrofísicos recurrieron a una metáfora: el disco alrededor del agujero negro es un río. Los destellos cortos son «pequeñas ondas que fluctúan aleatoriamente en la superficie», provocadas por «pequeñas perturbaciones», que «comprimen el plasma (un gas caliente y eléctrico) y causan una explosión de radiación». Esos estallidos serían similares a los solares, aunque mayores, pues el agujero negro es «mucho más enérgico y extremo» que el Sol, dicen los autores.
Por su parte, las llamaradas más impresionantes captadas en esta investigación financiada por la Nasa y la Fundación Nacional de la Ciencia, son «maremotos» que ocurren cuando dos campos magnéticos chocan y sueltan «partículas aceleradas» que viajan a la velocidad de luz y emiten «ráfagas de radiación». Ahora se pueden observar en vídeo.
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